El vino en Cangas sale de la arena

El vino María Soliño, de la bodega EntreVideiras, sale de vides centenarias de las dunas de Nerga-Donón.
photo_camera El vino María Soliño, de la bodega EntreVideiras, sale de vides centenarias de las dunas de Nerga-Donón.
La bodega EntreVideiras, cuyos viñedos centenarios están situados en las dunas de Nerga-Donón, son los protagonistas de la nueva edición de “Viñadores do Atlántico”

Viñadores do Atlántico”, el proyeto de distribución de Hijos de Rivera que busca impulsar el desarrollo sostenible y la economía local de las zonas vitivinícolas gallegas, escogió a la bodega morracense EntreVideiras para esta edición con su vino María Soliño, elaborado a partir de uvas provenientes de viñedos centenarios situados en las dunas de Cangas. 

Gracias a este programa, que selecciona bodegas gallegas que trabajan en la recuperación de cepas autóctonas bajo unas prácticas responsables y que pongan en valor la cultura de la tierra, los proyectos vitivinícolas logran el respaldo de la consolidada red de distribución y comercialización de Hijos de Rivera generando un impacto positivo real en su entorno.

Así, “Viñadores do Atlántico” pondrá en la edición de 2023 el foco en el vino dunar María Soliño, que cuenta con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ribeiras do Morrazo y está elaborado por la bodega EntreVideiras.

Este “vino de la arena”, bautizado así por la ubicación de sus cepas en el complejo dunar protegido de Nerga-Donón en Cangas do Morrazo, proviene de uno de los pocos viñedos prefiloxéricos que se pueden encontrar en España. Estos reductos son muy escasos a nivel mundial, siendo este país uno de los lugares donde mayor concentración hay.

Precisamente, fue la arena del terreno la que permitió que las vides sobrevivieran la plaga de filoxera que asoló las plantaciones europeas durante la segunda mitad del siglo XIX. El insecto, que se alimentaba de las hojas y raíces de la vid, rápidamente se propagó por el viejo continente, arrasando con varios millones de hectáreas de viñedos en España y Francia. Únicamente aquellas plantaciones ubicadas en suelos arenosos y pedregosos pudieron sobrevivir la plaga.

Este viñedo tiene además características únicas propias de esta zona, como el alcance de sus raíces, enterradas a más de tres metros de profundidad y con una antigüedad de más de cien años. A su vez, las viñas se encuentran elevadas gracias a estructuras de madera realizadas a partir de materiales de la propia zona de cosecha, lo que los hace especialmente respetuosos con el entorno.

César Alonso, enólogo y copropietario de EntreVideiras, resalta la importancia de preservar estos viñedos tan singulares. “La Ribeira del Morrazo es muy importante natural y etnográficamente, albergando un terreno no muy explotado que conserva una cultura vitivinícola ancestral, con variedades autóctonas tradicionales y sin híbridos”.

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