Un total de 7.570 personas del área sanitaria de Vigo recibirán la tercera dosis de la vacuna. Son unos 3.500 usuarios de residencias de mayores y otras 3.870 personas más que son pacientes de alto riesgo como trasplantados, inmunodeprimidos y otros casos.
La tarea comenzó a primera hora de la mañana de ayer en ocho residencias, con más de 900 candidatos para recibir un pinchazo de Pfizer y hoy los equipos de vacunación del Sergas acudirán a otros 16 centros de mayores con 1.239 usuarios convocados. Además, en el área viguesa ya administraron la tercera dosis a 500 pacientes de alto riesgo.
El Complejo Residencial de Asistencia a Personas con Discapacidad (CRAPD) del Meixoeiro, que es el centro público más grande de Galicia y tiene tanto a mayores como a personas de otras edades con dependencia, recibía a las ocho menos cuarto de la mañana de ayer la visita de dos equipos sanitarios formados por cuatro enfermeras con dosis de Pfizer para 370 personas.
La jornada no contó con la emoción de la primera vez ni con el temor al contagio que existía antes de iniciar la vacunación en Galicia, pero en general los mayores recibieron con buena disposición la dosis de refuerzo. Para los sanitarios, la dificultad residía en comprobar si no tenían síntomas como fiebre, algún tipo de alergia y si habían pasado seis meses desde la última vacuna.
Además, tenían que saber si habían recibido Pfizer o Janssen, en cuyo caso sí podían recibir la tercera dosis de Pfizer, o si eran de Moderna (solo había un usuario) porque tendrán que esperar a una nueva cita en el hospital o a que vuelvan los sanitarios con dosis de esta vacuna. Los mayores de las residencias ya están acostumbrados a estas campañas, porque desde hace tiempo la vacuna de la gripe se pone en los propios centros.
La responsable del área asistencial del Complejo Residencial, Inés Costas, aseguró que los usuarios estaban “muy contentos porque se sienten más seguros, aunque la tercera dosis les pilló un poco por sorpresa”. Preguntada por los cambios que se produjeron a raíz de la vacunación en los centros, señaló que “la vida les cambió muchísimo porque hasta entonces las visitas estaban muy limitadas y había condiciones de seguridad muy extremas.
Desde que se vacunaron los usuarios de las residencias los familiares tienen unas condiciones de acceso casi libre aunque con cita previa siempre para tener un control". Además del Meixoeiro, los sanitarios vacunaron en residencias de A Cañiza, Valeixe, Covelo, Crecente, Cangas y Gondomar. El Sergas espera completar la tercera dosis en este colectivo a mediados de la semana que viene.
El Sergas lleva la vacuna de refuerzo a 45.000 gallegos
El Sergas prevé suministrar la vacuna de refuerzo a unas 45.000 personas en toda Galicia. La mayoría de las comunidades autónomas han comenzado a inocular esta semana la dosis adicional de la vacuna contra la covid-19 a los mayores en residencias, tras su aprobación la semana pasada por el Ministerio de Sanidad y las autonomías.
A los 297.905 mayores residentes en los centros de mayores de España, según datos del Imserso, se les están administrando sueros de Pfizer o Moderna.
Además de a los residentes, la dosis adicional se ha empezado a inyectar a los pacientes en hemodiálisis o diálisis peritoneal, en tratamiento por cáncer, mayores de 40 años con síndrome de Down y pacientes con enfermedad oncohematológica en tratamiento de quimioterapia o radioterapia.
“Espero que sea la última, pero me pondré las que haga falta”
Daniel Suárez, un usuario de 93 años del Complejo Residencial del Meixoeiro, estaba ayer contento con la dosis de refuerzo de la vacuna porque considera que ayuda a “ganar confianza sobre el virus” y aseguraba que las dos primeras dosis que recibió no le habían dado ninguna reacción.
A pesar de esto, ayer decía que esperaba que fuese la última dosis porque esto supondría que la pandemia se habría ido. “Si hace falta que nos pongamos otra más lo haré, lo que digan los sanitarios que son los que están preparados para eso”.
Reflexionaba Daniel que todos sabemos cuando comenzó la pandemia, pero que no se puede saber cuándo terminará. “No lo sé ni yo ni nadie porque esto es cosa de la naturaleza. Nosotros pasamos la línea roja de la naturaleza y ahora la naturaleza nos está azotando con esta pandemia”.
El nonagenario decía esto después de leer el periódico y antes de dar un paseo por el exterior del centro. Según confesaba, la práctica de ejercicio diario y no fumar son dos de los secretos de la longevidad. “En nuestras tareas diarias movemos algunos huesos, músculos y articulaciones, pero hay que moverlos todos que para eso los tenemos. Yo tengo mucha fuerza de voluntad y cada día hago ejercicio con todas las articulaciones, no como el de la gente joven claro, yo a mi forma”. Considera que si no lo hace, terminaría atrofiándose.
“Dejas de mover algo y es un hilito que queda seco y va al cerebro, y al final el cerebro se convierte en un cuarto trastero de cosas secas y un día ves menos, otro dejas de oír y al siguiente te quedas atontado. Hay que mover lo que nos dio la naturaleza aunque sea sin ganas”.
