El encarcelado por la redada llevaba un alto nivel de vida

Material incautado en los tres registros que efectuó la Policía Nacional en la ciudad.
photo_camera Material incautado en los tres registros que efectuó la Policía Nacional en la ciudad.
Mohamed tenía varios coches y viajaba con su pareja a menudo, lo que no encajaba con sus ingresos

La Policía Nacional logró la desarticulación de un grupo criminal dedicado al tráfico de sustancias estupefacientes en la ciudad, en el cual el cabecilla llevababa un alto nivel de vida que no coincidiría con su status laboral. Para ello, se llevó a cabo una macrooperación, denominada Al Andalus y de la que informó La Región en los últimos días. El dispositivo que concluía el pasado sábado, es fruto de una compleja e importante investigación desarrollada durante meses por parte del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional de Ourense.  

Como parte de la operación, se llevaron a cabo en la madrugada del pasado jueves tres registros simultáneos, en O Couto, Rabo de Galo y O Vinteún, con la colaboración de agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), los Grupos Operativos de Respuesta (GOR) y de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), estos últimos venidos de A Coruña.

En total, fueron detenidas cinco personas, cuatro hombres y una mujer. Cuatro de ellos pasaron el sábado a disposición judicial acusados de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal organizado, mientras el quinto detenido fue puesto en libertad el viernes. El cabecilla y objetivo principal de la macrooperación, Mohamed G., conocido como “Moha”, ingresó directamente en prisión, mientras los otros tres quedaron, a la espera de ser juzgados, en libertad con cargos tras ser investigados también por tráfico de drogas y pertenencia a grupo organizado. 

Estas detenciones suponen la desarticulación de un importante punto negro de abastecimiento y distribucion de hachís en la capital ourensana. De hecho, según pudo saber La Región, se pretende evitar la distribución de hachís en O Couto. De hecho, entre los vecinos preocupan dinámicas parecidas a las conocidas, por ejemplo, en el barrio de Covadonga, que se están replicando en la zona baja de O Couto.

Este caso es un ejemplo de cómo están cambiando las formas de vender droga en la ciudad, cada vez se localizan más pisos en los que se vende directamente a los clientes. El traficante no suele dormir con la droga en su casa, aunque sí tiene en la vivienda el dinero y las propiedades u objetos de lujo adquiridos con el dinero de este tráfico de estupefacientes.

En esta ocasión, en el piso donde vivía “Moha”, ubicado en la calle Gregorio Fernández, la Policía Nacional se incautó de cuatro vehículos, tres coches -un Mini, un Hyundai y un Audi- y una moto -de la marca BMW-; 20.000 euros en efectivo; un televisor de grandes dimensiones, que inicialmente fue confundido con una mesa; ordenadores y más de una decena de teléfonos móviles, los cuales iban cambiando constantemente para dificultar la labor de los investigadores y evitar posibles escuchas, según ha podido saber La Región. 

En cuanto a la droga, el modus operandi cada vez más habitual, como supuestamente sucedió en este caso, es rodearse de colaboradores que suelen estar enganchados al consumo o que necesitan dinero para mantenerse. Entonces, el cabecilla les entrega la mercancía para que se la custodie, de hecho, en esta operación 12 de los 14 kilos de hachís incautados fueron encontrados en una vivienda de Rabo de Galo, en la que vivía un presunto colaborador de “Moha” y que fue uno de los tres detenidos que salió en libertad con cargos. 

Habitualmente, estas figuras asumen este rol y, a cambio, se les proporcionan pequeñas cantidades de dinero para mantenerles en su círculo, dependientes del narcotraficante, incluso dosis de droga para su consumo, en caso de estar enganchados. 

El detenido en la redada llevada a cabo en las inmediaciones de la Estación Intermodal, en O Vinteún, también respondería a este perfil de colaborador en torno al cabecilla detenido en la operación Al Andalus, en la que además de hachís se incautaron de MDMA, cocaína y marihuana. Cabe destacar que algunas de las sustancias, como se puede ver en la imagen del material incautado, eran guardadas en paquetes de conocidas marcas como Nesquik.

Alto nivel de vida

Los dos detenidos en el piso de la calle Gregorio Fernández, Mohamed y su mujer M.V.E. llevaban supuestamente un alto nivel de vida que no coincidía con sus trabajos e ingresos, ya que contaban con varios coches distribuidos en distintos garajes y viajaban de forma frecuente. De hecho, a lo largo del día podían cambiar hasta cuatro veces de vehículo para despistar a los investigadores y no ser identificados. Asimismo, habrían utilizado presuntamente el material electrónico que compraban para blanquear el dinero obtenido en el tráfico de drogas, aunque por el momento no se les ha acusado de ningún delito económico.

Justamente, se ha puesto este nombre, Operación Al Andalus, a la operación por desenvolverse en periodo de Ramadán y estar vigilando desde hace meses al líder del grupo, “Moha”, originario de Marruecos. 

Reincidentes

Los dos miembros de la pareja, Mohamed y M.V.E., ya habían sido detenidos en 2020 en otra investigación antidroga también liderada por la Policía Nacional. En ella se incautaron de un kilo de cocaína, ocho y medio de hachís, 300 gramos de marihuana, 190 pastillas de MDMA (éxtasis), cinco gramos de metanfetamina (cristal) y 367 gramos de sustancia de corte.

En aquella ocasión, Mohamed fue deteniendo saliendo del piso de lujo donde vivía, ubicado en la calle Valle Inclán. Supuestamente, en la fase del confinamiento en la que se dejaba salir solo a propietarios de perros para dar un paseo, aprovecharía esta circunstancia para realizar las ventas de droga. Todavía está pendiente de que se celebre el juicio por estos hechos.

Te puede interesar