pilar cernuda

Díaz, la mujer más poderosa del PSOE

Susana Díaz camina por Madrid con Susana Díaz.
photo_camera Susana Díaz camina por Madrid con Susana Díaz.

Se da por hecho en el PSOE que el número dos de la nueva ejecutiva será alguien de la absoluta confianza de Susana Díaz

El salto a la fama se produjo en la Conferencia celebrada el pasado mes de septiembre en el Palacio de Congresos de Madrid. 
Cuando Susana Díaz entró en el edificio fue rodeada de inmediato por docenas de cámaras y una multitud de dirigentes y militantes del partido, prueba evidente de que era más, mucho más, que la nueva presidenta andaluza. Pero cuando se subió al escenario el auditorio quedó electrizado por el magnetismo de esa mujer, que cuando finalizó su discurso, vibrante y que no traía escrito, se había convertido ya en el referente de un partido necesitado de referentes tras varios años de declive y desencanto. Desde ese día Susana Díaz no ha dejado de engrandecer su imagen, no solo porque es la máxima responsable de la región puntera del PSOE, además de su presidenta de gobierno, sino porque ha lanzado mensajes muy nítidos que demuestran su sentido del orden institucional y su respeto a las leyes y a la Constitución. 
Pidió audiencia al rey Juan Carlos en dos ocasiones, la primera por una cuestión protocolaria y la segunda porque quería trasladarle opiniones sobre asuntos que conoció con posterioridad a su primer encuentro; y pidió cita también a Artur Mas para expresarle su disconformidad con cualquier tipo de consulta que rozara siquiera la ilegalidad. Tanto con el rey como con Mas se mostró cercana,  fácil de trato, muy firme en sus convicciones.  
Desde la Conferencia de septiembre lo suyo ha sido un ascenso imparable aunque todavía no ha tomado grandes decisiones de gobierno. Pero lo que importa, más que la gestión de gobierno, es convertirse en una figura que ilusione a un partido que ha perdido la ilusión y la esperanza a chorros. Cuando tras el fracaso de las elecciones europeas Rubalcaba renunció a la secretaría general del PSOE y convocó un congreso extraordinario para elegir nueva ejecutiva, Díaz no se planteó presentarse a las primarias. Tenía otro calendario en mente, aunque finalmente sucumbió a las presiones y a pesar de que tenía decidido dedicarse en exclusividad a Andalucía antes de dar el salto a la política nacional, aceptó presentar su candidatura a la secretaría general. 
Era la única persona del PSOE capaz de unir el partido, la única respetada por las nuevas generaciones y las que hicieron historia en el PSOE de Felipe González, y la única con posibilidad ganar elecciones. Ni Eduardo Madina, ni Pedro Sánchez, ni Carmen Chacón, los nombres que se barajaban en ese momento como candidatos a las primarias, tenían gancho suficiente como para colocar al PSOE en posición de recuperar el gobierno.

la importancia de arrasar
Cuando se filtró que Díaz había dado su brazo a torcer, desde el Ferraz que todavía dirigía Pérez Rubalcaba se tomó una decisión que echó por tierra los planes. Eduardo Madina exigió que el candidato a la secretaría general fuera elegido por la militancia e incluso lo puso como condición para presentarse. Chacón vio en ello una maniobra de Rubalcaba y anunció que no se presentaría y esperaría a las primarias. En Andalucía vieron también la mano de Rubalcaba y Susana Díaz, que no había confirmado oficialmente su disposición a presentarse, se echó atrás. No le gustó que se cambiaran  las reglas de juego para tratar de imponer al candidato de Rubalcaba, Madina, que partía con la ventaja inicial de ser mucho más conocido que un Pedro Sánchez que llevaba unos meses recorriendo agrupaciones precisamente para darse a conocer y, segundo, según personas del entorno la presidenta andaluza,  su propia personalidad podría verse afectada si no ganaba por goleada,  lo que repercutiría en su imagen político. Y si se presentaban Madina y Sánchez el voto de la militancia tendría que repartirse entre tres, lo que impedía un triunfo incuestionable por muy bueno que fuera el resultado.

apoyo para sánchez
Susana Díaz anunció que su prioridad era Andalucía, pero desde el mismo momento que dijo que no se presentaba quedó claro para todo el mundo que apoyaría a Pedro Sánchez frente a un Madina que había puesto obstáculos en su carrera.
La verdad es que el apoyo a Sánchez nunca fue explícito, de hecho solo mantuvo con él una conversación telefónica en la que además no le dijo en ningún momento que contaba con su apoyo y el de la militancia andaluza, la presidenta se mostró muy cauta. Pero a nadie cabía duda que su favorito era Sánchez, y Madina además quedó sentenciado cuando, tras conocer que Sánchez le doblaba en número de avales, exigió que se hiciera pública la procedencia de avales de cada uno, para demostrar así que una gran parte de ellos eran de militantes andaluces.
La forma de actuar de Susana Díaz, con cautela, en la sombra, colocándose aparentemente por encima de rivalidades y diferencias personales, que es como ha trabajado desde que es presidenta regional, la ha convertido en la mujer más influyente del PSOE, en la más poderosa. Sánchez además le da trato especial, cosa lógica cuando es la máxima dirigente de la federación más potente, es presidenta de un gobierno regional –la única frente al asturiano Javier Fernández- y además creen en el partido que es su principal apoyo. De hecho, Díaz ha advertido que no se presentará a las primarias para elegir candidato a la presidencia del gobierno, y también respalda la posición de Pedro Sánchez de dejar en manos del comité federal la decisión de fijar fecha para esas primarias.
Ha sido Susana Díaz la primera dirigente regional en ser recibida por Sánchez tras ser elegido secretario general por la militancia. Se da por hecho en el PSOE que el número dos de la nueva ejecutiva será alguien de la absoluta confianza de Susana Díaz, bien un andaluz –se rumorea Mario Jiménez, el portavoz parlamentario- o una Carmen Chacón que mantiene desde hace años unas excelentes relaciones con Díaz y que ha conectado muy bien política y personalmente con Pedro Sánchez.

una mujer con poder
Susana pisa muy fuerte, se visualizó en la Conferencia de septiembre, se confirmó en las muchas iniciativas que ha tomado desde entonces y su protagonismo creciente, y  se ha advertido en este último capítulo, el que culminaba con la votación de la que saldría el candidato a la secretaría general del partido.
Su gente, que cada vez es más numerosa, insiste en que a pesar de dar prioridad a sus responsabilidades andaluzas, su objetivo es  la política nacional, que de momento aparca para apoyar a un Pedro Sánchez que deberá demostrar si efectivamente responde a las expectativas puestas en él. 
El futuro a nivel nacional de Susana Díaz depende en buena medida de cómo gestione Sánchez el partido, pero incluso en el círculo de Sánchez elogian la forma en que Susana Díaz le apoya de forma incondicional desde que fue elegido por la militancia. A pesar de que sabe que cuanto mejor le vaya a Sánchez, más se alejan las posibilidades de la presidenta andaluza de dar el salto a “Madrid”.

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