mundial júnior de balonmano

Una final que lo cambió todo

La selección española júnior de 1989 perdió ante la Unión Soviética, pero fue una referencia.
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Hace 30 años la Unión Soviética se coronó campeona júnior en Pontevedra ante una España irrepetible
Hace treinta años Ponrevedra vivía la final del Mundial Júnior de 1989, que se desarrolló íntegramente en Galicia. Pero no fue una final cualquiera, sino una de las que marcó época. Víctor García 'Pillo', histórico entrenador del Frigoríficos, recuerda el duelo por el oro entre la Unión Soviética y España "con dos generaciones de jugadores increíbles". Allí el combinado soviético se colgó su quinto y último oro – a día de hoy sigue siendo el país con más victorias en el Mundial júnior– liderado por un jovencísimo Talant Dujshebaev. Enfrente, una España subcampeona que cambió el rumbo del balonmano español con jugadores como Barrufet, Masip, Garralda, Urdangarín o Urdiales. "Una generación casi irrepetible", sentencia Pillo.
La Unión Soviética, casi treinta años después de su desaparición, continúa como la selección con más victorias en los Mundiales júnior. Cinco oros, una plata y un bronce es el bagaje del desaparecido país, que se coronó por última vez en Galicia. "Ellos siempre fueron muy estructurados", recuerda Pillo. "El deporte era una cuestión prácticamente de Estado allí. Se llevaban a los jugadores de todos los territorios que controlaban a Moscú desde muy jovencitos y allí trabajaban exclusivamente para los equipos nacionales".
Pero el honor de ser el combinado con más medallas de la competición es de Dinamarca, que con tres oros, seis platas y dos bronces ocupa la segunda posición en el ránking histórico, en el que también destaca Suecia en tercera posición con ocho metales –tres de ellos, oros– y la también desaparecida Yugoslavia, con siete. España, con una victoria –la de 2017 en Argelia– y cinco subcampeonatos marcha séptima en la clasificación histórica.
La final del 89 no sólo fue histórica por ser la última victoria soviética, sino por sentar las bases del balonmano español –y en cierto modo, mundial– tal y como lo conocemos ahora. "El balonmano ha cambiado mucho", sentencia Pillo. "Sobre todo en España, debido a nuestras condiciones físicas y nuestra forma de entender el juego. Aquí cambió partiendo de aquella generación del 89, que fue la primera que irrumpió dando un puñetazo encima de la mesa. Desde entonces no ha dejado de estar en los puestos de honor. Ahora el balonmano es mucho más dinámico, más moderno. Y el jugador español es tácticamente muy bueno, hábil, rápido e intuitivo, quizá para suplir las carencias físicas que tiene con respecto a otros equipos. El balonmano ha evolucionado mucho y para bien", afirma el exentrenador del Frigoríficos, que añade que "ahora España es la que va marcando un poco la forma de juego". Señala el hito de la pasada Liga de Campeones, en la que los cuatro equipos de la 'final four' estaban dirigidos por españoles. "Yo creo que tácticamente y en creatividad el jugador español es muy superior a los demás, y de eso estamos viviendo", destaca.
A la hora de elegir favoritos para este Mundial júnior de Vigo y Pontevedra, Pillo lo tiene muy claro: "Las de siempre. Eslovenia, que viene de ser campeona de Europa, Alemania y Dinamarca, que hicieron un partidazo el miércoles, España, Francia... Entre esas cinco pueden estar las semifinalistas".n

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