JACOBO Y MARCOS MONTES. Dúo técnico del Celta B

"Preparamos cada partido como el último desde el primer día"

Jacobo y Marcos Montes dirigen al Celta B, que pelea por mantenerse en                                                Segunda B en el presente curso.
photo_camera Jacobo y Marcos Montes dirigen al Celta B, que pelea por mantenerse en Segunda B en el presente curso.
Jacobo y Marcos Montes forman desde el inicio de temporada el tándem de entrenadores del filial del Celta. Dos enamorados del fútbol de ataque que viven la primera campaña en un conjunto filial y luchan por evitar el descenso.

Gestionan una plantilla joven, que les obliga a trabajar mucho los conceptos defensivos. Esta tarde reciben en Barreiro a un rival directo (16:00, TVG2), el Las Rozas.   

¿Cómo afrontan el partido?
Jacobo Montes: Con la naturalidad que requiere. Sabemos que es un partido importante para sacar los tres puntos, adelantar posiciones y mostrar que en las últimas semanas venimos de una línea ascendente. Si nos ponemos a ver la clasificación, está claro que no están saliendo las cosas que proponemos. Pero sí que percibimos que en el último mes competimos mejor. 

¿Notan la presión?
Marcos Montes. Desde la primera jornada preparamos el partido como si fuera el último. Y es como tiene que ser. A las 12, 14 o 20 horas del partido anterior ya cambiamos el chip y pensamos en el siguiente rival. A los jugadores lo que más les está costando es seguir un plan de partido a noventa minutos. Podemos estar bien sesenta o setenta minutos y después en veinte malos echan por tierra el trabajo hecho. Las derrotas les cuestan menos porque, como equipo joven que es, reinician rápido y afrontan la semana con otra energía.

¿Es lo que más notaron esta temporada en relación a la anterior en el Coruxo?
J.M. Comparado con un equipo más veterano, sí, es la principal diferencia. Y no porque un jugador con más años tenga una mayor predisposición a aprender, lo captan antes porque han vivido muchas más situaciones y lo interiorizan antes. Es un problema de repetir muchas veces lo que tienen que hacer para que en unos años sea más fácil la asimilación de conceptos. Por este motivo, es más fácil para la mejora un futbolista veterano. Aprender porque ya lo han vivido antes. El joven no tiene esas experiencias. La evolución es más lenta en una plantilla joven por la carencia de estímulos vividos. 

¿Ejercitan su paciencia?
M.M. En cierto modo, son jóvenes. Saben que tienen el talento, pero como entrenadores te fastidia que no saquen ese talento de forma más continua. Hay que trabajar y tener paciencia para que lo puedan sacar porque lo llevan dentro y, en algún momento, lo tienen que mostrar. En relación al Coruxo, hay algo que notamos mucho y que nosotros también cambiamos y es que hay que ser mucho más estrictos con ellos en el día a día. Tenemos que estar más encima y, si no estás cerca, llega un momento en que se relajan. El futbolista joven necesita sentir al entrenador cerca, que lo corrija y le insista para que el rendimiento suba.

¿También aprenden ustedes?
J.M. Para nosotros, la temporada es un máster. Todo entrenador, si puede, debe pasar por un filial. Desde fuera ves a un equipo así de una forma y, cuando estás dentro, la mirada es completamente diferente. Tienes que gestionar muchas cosas que no dependen de ti y tienes que sacar más recursos.  
M.M. Un equipo así te obliga a estar pendiente de más aspectos que el entrenamiento en sí porque influyen en el trabajo. Son jugadores con potencial, que no siempre lo pueden mostrar e, incluso, con factores externos que un entrenador no puede controlar y, claro, eso sólo te das cuenta cuando hablas con ellos. Hacemos más trabajo individual con los futbolistas que nunca.

¿Cómo integran este trabajo de grupo en la improvisación de un joven?
J.M. Damos libertad al jugador a nivel ofensivo. Siempre y cuando no vaya reñido con el patrón colectivo que buscas en el equipo. Queremos un equipo dinámico en los últimos metros y que juegue a pocos toques. Si tienes a un futbolista que, cada vez que recibe, conduce y conduce, sin dar un pase, entonces potencias su talento individual pero en contra del colectivo. La cuestión es encajar el talento individual dentro del grupo. En todo caso, el mayor problema que encontramos es que los jugadores entiendan que es tan importante la fase defensiva como la ofensiva. 

¿Esto es porque defienden poco en categorías inferiores?
M.M. Nos encontramos jugadores que han venido de ocho años con muy poca exigencia atrás y ahora la están viviendo de pronto. En muchos partidos de juveniles, si te equivocas ganas 3-1 y si no lo haces, el resultado es 6-0. En Segunda B, si fallas tienes una derrota y, si no cometes errores, a lo mejor ganas. Es el primer impacto que sufre el jugador de cantera al llegar a sénior. El que sea capaz de adaptarse más rápido y asimilarlo, será el que llegue más lejos.

¿En qué se traduce esta falta de costumbre?
J.M. En esta categoría cualquier equipo con experiencia te pone tres pelotazos y te envía a tu área y los futbolistas no tienen esa experiencia de defender ahí. No lo han vivido, tienes que atajar eso y que aprendan a gestionar esas situaciones que son tan importantes como las fases ofensivas. 

Y eso le pasa a ustedes, que son amantes del fútbol ofensivo.
J.M. Sí,pero no somos tontos. Nos gusta que el equipo trate bien el balón y sea protagonista. Pero si detectas que la deficiencia está por otro lado, tienes que actuar porque, si no lo haces, te vas a desangrar a nivel de puntos. 
M.M. A nosotros nos gusta trabajar lo ofensivo, pero al llegar a un filial del nivel del Celta, ahí no encuentras tantas carencias. Saben jugar una ventaja, saben conducir y doblar un pase. Cometen errores, pero son menores. Los problemas llegan cuando hay que recoger una marca, hacer un despeje, posicionarse bien... Es donde hay más margen de mejora.

¿Preveían esto en verano?
J.M. Sabíamos que iba a ser un año complicado porque el equipo está muy rejuvenecido. Venía de la promoción de descenso y, además, el grupo también cambió y es más duro. No piensas estar abajo, pero es algo que puede suceder. Hasta el momento, nuestros equipos mejoraron siempre en la segunda vuelta y ya hemos pasado una penitencia importante. Incluso sufrimos resultados que no merecimos, en los que hicimos más que el rival. Aún así, creo que estamos en una buena predisposición física, técnica y mental para salir de la situación en la que estamos en la segunda parte de la temporada. Estamos a cinco puntos del décimo porque el grupo está muy igualado. 

Eso exige paciencia y no sé si un club como el Celta la puede tener. 
J.M. Pero el entrenador que no crea que su puesto está cuestionado, que no se meta en esto. Está en evaluación desde el primer día que está contratado. Y lo van a valorar por los resultados en el campo y no por el trabajo diario. Sabemos que es así y la responsabilidad que conlleva el cargo. 

Aún así, ¿siguen siendo ofensivos?
J.M. Lo que no vamos es a renunciar al juego de ataque y a divertir a la gente. Es el fútbol que nos gusta y si perdemos, lo haremos así, con buen juego y que la gente lo pase bien viéndonos jugar. Además, si pierdes, ¿qué te queda? No te queda nada. Si lo fías todo a la defensa, no llegas la área contraria, pierdes igual y no diviertes a nadie... Estoy seguro de que con malos resultados, pero buen juego y entretenido, tienes algo. Si además de perder, aburres, no te queda nada y es más sencillo que te envíen a casa.

Jacobo: "Hace unos diez años estaba en un campo de tierra"

 ¿El Celta es lo que esperaban?
M.M. A nivel de club, es más grande de lo que esperaba. Es mi percepción. Estás viviendo a quince minutos de Vigo y te haces una idea de lo que es, pero no te das cuenta de lo que es hasta que entras. Lo valoras y lo compruebas en el día a día. 

Fuera del Celta, ¿cómo explican que a un entrenador líder como Valverde lo despidan?
M.M. Porque esto es jodido. Hay clubs en los que sólo vale ganar y en otros, en los que no sólo vale ganar, sino cómo hacerlo. Nuestra felicidad es efímera. Dura 24 horas, desde que ganas un partido hasta que preparas el siguiente. Ahí vuelves a estar cuestionado.
J.M. Algo con lo que debe quedarse un entrenador es que percibas en el día a día que el futbolista está contigo, que notes que el equipo está vivo. Gracias a dios, en los sitios en los que estuvimos, percibimos esto. 

Tengo la sensación de que este año están trabajando más que nunca
M.M. Sin ninguna duda. En Coruxo hicimos un trabajo fantástico y se manifestó y este año lo hemos multiplicado por cinco.
J.M. Y no quiere decir que este año seamos una mierda y el anterior muy buenos. Hay más cosas que influyen y yo creo que ya somos mejores entrenadores, independientemente de lo que pase al final de temporada, si conseguimos terminarla. Estamos más formados ahora que hace seis meses y trabajamos más y mejor que en Coruxo. 

¿A quién ven por televisión?
M.M. Siempre a los equipos de los que soy más fan. Y, cuando me pongo, intento sacar el cable de entrenador y disfrutar del juego. Lo que busco son encuentros en los que entiendo que voy a disfrutar como espectador y tengo equipos que me prohíbo ver por este motivo. Pongo otro foco para que no me aborrezca. Los partidos de Guardiola, de Klopp, de los equipos que llegan mucho al área rival, son los que más me gustan. 
J.M. Coincido con Marcos. Por la semana vemos cinco o seis partidos para preparar el nuestro y eso lo haces con el prisma de entrenador. Pero, una vez en el sofá, lo que menos te apetece es ser analista. 

Tiene aquí vídeo, televisión, cámaras, ordenadores. Muy diferente a cuando empezaron.
J.M. Lo hablaba hace poco con mi mujer. Hace unos diez años en el Arcade, cuando comencé, estaba allí y todavía jugábamos en campos de tierra y tenía que grabar ella los partidos o hacerlo un amigo al que liabas ese día para tener algo de información. Algo habremos hecho bien para poder estar aquí ahora y disfrutar de estos medios y de este equipo viniendo del fútbol modesto como venimos nosotros. 
M.M. Ahora mismo tenemos la opción de ver cualquier partido de un rival que tienes en liga esta temporada. Nos conocemos todos mucho. Hace diez o quince años, en regionales, esto es imposible. Todo evoluciona. En lo que sí me estoy llevando un poco de decepción es al  comprobar todo lo que se relaciona con el mundo del fútbol al subir de categorías. Hablo de representantes, intermediarios y gente que está en este negocio que hace más complicado el trato directo con el futbolista. Son las situaciones que tú no has vivido antes y chocan.

Te puede interesar