traspaso de poderes en el celta

Preocupación por el momento y esperanza en la solución

Levantar el ánimo de los jugadores será una de las tareas de Óscar García.
photo_camera Levantar el ánimo de los jugadores será una de las tareas de Óscar García.
Cinco técnicos analizan la problemática del Celta y la llegada de Óscar García Junyent
Es una opinión unánime: el momento actual del Celta preocupa. Y mucho. Tras doce jornadas, la destitución de Fran Escribá y la situación del equipo, inmerso en los puestos de descenso, las sensaciones no pueden ser buenas. Así lo atestiguan Javier Maté, Moncho Carnero, José Luis Mosquera, Pichi Lucas y Gabi Couñago. Cinco entrenadores con estrecha vinculación con el celeste y con la cruz de Santiago, que no ponen paños calientes al mal inicio liguero.
"Hay que relativizar, pero la situación se deterioraba cada vez más", explica Maté. El exportero del Celta y actual preparador de los guardametas del Coruxo reconoce que la situación era límite para Escribá, sobre todo después de "una semana muy dura" con tres derrotas. "Sobre todo la del Betis, que nunca debió suceder", añade.
Moncho Carnero, extécnico del Celta, lo tenía claro. "Yo ya venía diciendo que había que tomar la decisión ya", explica en relación al despido de Escribá. "La sensación es que no tenía poder sobre el vestuario y que los jugadores no competían a su máximo nivel", añade Carnero que otorga a los futbolistas su grado de responsabilidad: "También tienen culpa y mucha".
José Luis Mosquera se une a la contrariedad. "La sensación es de preocupación. Piensas que si los tiros van por aquí, va a ser otro año de sufrimiento", destaca el exdelantero y extécnico de la base céltica. "Ha habido una contraidea. Escribá intentó ceder para encontrar ese equilibrio pero no fue posible", añade.
Por su parte, Pichi Lucas reconoce que ha visto un Celta "con dudas en el campo" e incluso "falta de ilusión" por parte de sus jugadores. "Con este nivel no llega para salir de ahí. En ataque no se genera y atrás te hacen daño con muy poco", reflexiona el expreparador del Celta B, que muestra su preocupación incluso con el despido de Escribá: "No sé si será suficiente".
"Con la racha que llevaba, era lógico que sucediera esto", asume Gabi Couñago. El exfutbolista de la cantera del Celta y actual entrenador del equipo femenino del Valladares puntualiza que a Escribá le faltó tener suerte de adelantarse alguna vez en el marcador: "Quizá así, su propuesta hubiera funcionado". Pero lo que tiene muy claro Couñago es que el equipo "necesita un cambio de dinámica" y Óscar García Junyent puede ser el encargado de generarla. "Es la eterna recomendación de Luis Enrique. Ya lo intentaron más veces y ahora llega. Es un estilo que buscaba el Celta, con 1-4-3-3, protagonismo desde el balón y la presión alta", analiza.
En ese sentido, las opiniones sobre el nuevo entrenador del Celta son positivas, pero también prudentes. Su inexistente bagaje en España como técnico hace que todos los interpelados opten por darle "un margen de tiempo".
Pichi Lucas entiende que esa falta de rodaje no tiene por qué ser un problema. "Está capacitado y puede aportar cosas nuevas y diferentes. Además también es una buena experiencia para él", destaca.
Por su parte, Mosquera se resiste a profundizar. Cree que el 1-4-3-3 le puede ir mejor al equipo en el sentido de que es un sistema que permite "más incorporaciones de jugadores al ataque". En lo que sí se centra es en que, a esta situación, no se llega por el mal desempeño de un solo entrenador. "Es este año y medio se han traído cuatro entrenadores con ideas muy diferentes entre sí. Eso es algo que no dice nada favorable de la gestión del club", comenta Mosquera, que añade que, si bien "la idea la marca el club, el equipo lo crea el entrenador" y en ese sentido le desea a Óscar que moldee un bloque que sea "un equipo en los cuatro tiempos que tiene el fútbol".
"Le falta experiencia en España, pero conoce la Liga", apunta Moncho Carnero sobre el nuevo entrenador, una vieja aspiración de Carlos Mouriño. "El presidente es un enamorado del Barcelona", confirma Carnero, que también está seguro que el choque de ideas futbolísticas entre Escribá y el club vigués fue insuperable para el valenciano. "Este tipo de jugadores necesitan presionar alto, no están hechos para defender atrás. Las características de la plantilla se lo han comido", concluye.
Para Maté, lo importante no es el nombre del entrenador. "Me da igual quien venga", sentencia. "Solo le exijo personalidad", destaca el exmeta celeste. "El Celta es un club muy especial y alguien tendrá que explicarle cómo funciona", sostiene el segoviano que, como todos sus compañeros, desea que Óscar sea la luz para la actual oscuridad en la que está sumido el Celta. n

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