Hubo lágrimas de felicidad, muchos abrazos, celebración, cánticos, emociones. Como todo ascenso, el Sporting La Rioja lo celebró a lo grande en su pista en un ritual que tantas veces se repite en el deporte. Pero en cada jugadora hay una historia y, en ocasiones, las vivencias van mucho más allá de la pista, son de vida, de amistad, de lazos inquebrantables.
Es la situación de dos de esas deportistas del conjunto riojano. Lejos de casa, se abrazan Carla Rivas (Redondela, 31 años) y Lorena Pérez Alonso (Salceda de Caselas, 33). Compañeras de equipo, de piso y, en muchas ocasiones, de vida. Un ascenso en 2024 que ya disfrutaron, en otro contexto, con 18 y 20 años en 2011 cuando la División de Honor todavía se llamaba ABF y ambas eran unas canteranas prometedoras del Balonmano Porriño. Dos jóvenes que, probablemente, poco podían esperar estar en la élite del balonmano más de una década después y en el valle del Ebro compartiendo camiseta y techo. “Somos compañeras de piso”, aclara Carla Rivas.
Y es que parte de la culpa de la unión la tiene la redondelana, apodada con el poco original ‘Choco’, que “le hablé al presidente de Lorena porque estaban buscando una extremo. Y ella es todo trabajo y una jugadora que hace grupo”. Ocurrió hace ya dos veranos tras el primer ascenso del club de Logroño y cuando la de Salceda estaba sin equipo tras pasar de ser capitana del Guardés. Aquella llamada, probablemente, esquivó una retirada y casi todo se compensa dos años después. “Son cousas que non esperas que van pasar, pero pasou. Somos máis maiores e vivimos doutra forma o balonmán. Somos as veteranas e foi moi bonito, queda gardado para o recordo como algo que vivimos xuntas”, cuenta la de Salceda.
Llevan dos campañas juntas, aunque la primera resultó complicada a nivel deportivo porque “o ano anterior foi máis duro co descenso de categoría. Foi a cara mala e este ano, había o obxectivo de darlle a volta e estou moi contenta de facelo”, explica la extremo. Carla Rivas se extiende en la explicación, ya que lleva siete años en el equipo. “Llegamos tarde. En 2022 subimos en mayo y hacer la plantilla tarde no nos permitió asentarnos en la primera categoría. Ahora sí que logramos ascender, que era el objetivo, y lo hacemos con más tiempo, para poder tener un equipo con más garantías”, explica Carla Rivas.
En el primer curso descendieron y el próximo, además de trabajar con más tiempo, intentarán aprovechar que se aumenta el número de equipos al subir tres y perder uno la categoría. Habrá dos descensos y se entiende que con más igualdad en la zona baja. “El presidente ya trabajó desde hace meses para formar una buena plantilla. Creo que vendrán seis jugadoras nuevas, más o menos, y ya está todo cerrado. Ahora hay que confiar en lo que fiche, que se adapten y que salga bien. Va a ser complicado porque los recién ascendidos siempre lo pasan mal, pero estamos más asentadas y tenemos esa experiencia de la máxima categoría. A ver si lo podemos mantener arriba”, describe la jugadora de Redondela.
Carla Rivas y Lorena Pérez ya tienen cerrada su continuidad de forma que seguirán juntas en algo que “agora participamos máis no xogo como veteranas, igual desfrútase máis”, expresa la de Salceda tras toda una trayectoria. Vuelve a División de Honor y ‘Choco’ explica que no resultó sencillo: “El Sporting La Rioja siempre tuvo como objetivo el ascenso. Desde que llegué al club es así y sabíamos que esta temporada los dos primeros lo hacían de forma directa y la misión era esa para evitar una fase de ascenso, que tiene mucha presión. No nos podíamos descolgar de la zona alta, estuvo apretado porque los tres equipos cabeceros terminamos con los mismos puntos y el Zuazo tuvo que ir a las eliminatorias. Lo cumplimos y estamos muy felices”.
Se da la circunstancia que el equipo vasco sí estuvo acertado en la fase por alcanzar División de Honor y finalmente los tres conjuntos del triple empate que completa el Morvedre estarán el próximo curso en la máxima categoría. Y, por lo tanto, Carla Rivas y Lorena Pérez Alonso se medirán al Porriño, su club de formación. Ya lo hicieron y ahora será más de 13 años después de aquel ascenso tan jóvenes.
“Lo recuerdo perfectamente porque, además, pude aportar jugando aunque era muy joven", relata y añade que “parece fácil obtener un ascenso y no lo es. En el Sporting La Rioja lo intentamos muchas veces y no fuimos capaces”. De hecho, ya es una experta en el club, ya que “vine para un año y voy a cumplir ocho. Me siento asentada, como en casa y sí que le dije al presidente que dentro de poco igual tengo que marchar. Es mucho tiempo aquí y me gustaría cerrar la etapa. Es mucho tiempo, estoy contenta y cómoda, pero igual es hora de buscar nuevos objetivos. Antes, a ver si conseguimos mantenernos, que va a ser un año duro”. Si lo hace, será volver a “cumplir el objetivo y con Lorena, que es una amiga y un apoyo, que suma mucho”. Amigas del valle del Louro, que comparten piso, camiseta, alegrías y tristezas en el del Ebro.
