MALLORCA 5-1 CELTA

Un desastre de tomas falsas celestes

El portero céltico Rubén, impotente tras encajar uno de los goles anoche ante el Mallorca.
photo_camera El portero céltico Rubén, impotente tras encajar uno de los goles anoche ante el Mallorca.
Sufre la mayor derrota de la temporada y desperdicia un partido clave: se sitúa a cinco puntos del descenso y tendrá que seguir en la pelea para evitarlo. Un penalti inexistente en contra precipitó un partido nefasto en defensa de los célticos, arrollados por los isleños  PÁGs. 32-35

El Celta se complicó ayer la vida. Tras un partido plagado de errores propios 
–sobre todo– y ajenos, el equipo vigués salió goleado ante el peor rival posible, un Mallorca que reduce el colchón sobre el descenso de ocho a cinco puntos. Lo más peligroso del golpe no es la herida, sino que puede provocar alguna hemorragia interna. 
Algunas veces, la vida se convierte en una sucesión de tomas falsas. Meros intentos fallidos que se suceden y que, para un espectador imparcial, puede llevar a la hilaridad. El Celta coleccionó ayer acciones rocambolescas en una suerte de cierta irrealidad pero con consecuencias más que graves en el marcador y en la tranquilidad con la que se afronta las cinco últimas jornadas de Liga. El Mallorca, casi sin vida, goleó a los célticos en una primera parte de cariz surrealista, hasta berlanguiana.
Nada apuntaba el devenir posterior cuando el Celta comenzó el partido con criterio y capacidad de hacer daño desde la posesión. Pero a los seis minutos, la macabra broma comenzó con un retrueque esplendoroso. En un balón livianamente despejado en área propia –eso sí que fue preludio de lo por venir–, Mina reacciona tarde ante la aparición de Dani Rodríguez, pero le basta con usar levemente el brazo para cubrir espacio y evitar que el mallorquín controle el balón. De Burgos Bengoetxea vio desde el primer segundo penalti. Así lo señaló y así lo mantuvo 360 segundos después –seis minutos–, cuando lo ratificó después de que el VAR le mostrase sus dudas y de que el propio colegiado acudiese a la banda a revisar la jugada. En el monitor, las tomas falsas de un no penalti que el colegiado no quiso ver. Imposible de apreciarlo en dichas tomas, se retrotrajo a su primera impresión y listo. Budimir aprovechó el empeño arbitral para abrir el marcador.
Una mala broma, pero el partido acababa de empezar y la historia podía cambiar. A ello se puso enseguida el Celta y en apenas un minuto pudieron marcar primero Bradaric, tras una gran acción combinativa, y después Murillo, al cabecear un saque de esquina. El meta local, Reina, apareció ambas veces para frustrar a los celestes.
En su intento de dar sentido al encuentro, el equipo vigués siguió dominando. Pero se olvidó de la tensión defensiva que venía definiéndolo. Y la primera vez que se acercó el Mallorca al área celeste, volvió a ver portería. Otra falta de contundencia, con tropiezo incluido, de Jeison Murillo permitió a Cucho regatear y buscar con su pierna derecha el segundo gol. A los locales no les hacía falta ninguna toma falsa y mantenían una gran efectividad. La misma que mostró Pozo cinco minutos antes del descanso, con otra acción de pasividad, en este caso de Okay, y de acierto, del lateral mallorquín.
La misma fragilidad que hace una semana tenía el Alavés en Balaídos, la sufrió ayer el Celta en Palma. Con dos matices de tamaño enorme: el conjunto celeste mantenía a sus once futbolistas sobre el césped y, además, no tiene una situación clasificatoria como por entonces tenía el bloque vitoriano. El balón al larguero de Nolito justo antes del descanso en un saque de esquina directo se pareció más a una pataleta de rabia que a otra cosa.
Quiso Óscar García Junyent rebelarse contra la derrota. Sacó del campo a un Okay netamente superado para dar entrada a otro delantero, Smolov. Por número de atacantes no iba a ser. Y de ese empuje inicial llegaron un disparo de un buen Bradaric desde el borde del área que detuvo Reina y un penalti de Pozo sobre Mina que tampoco era. Aspas no falló y pareció dar una oportunidad a la remontada o, al menos, a la igualada.
Pero duró la esperanza dos minutos. También era una toma falsa. Porque toda la fortaleza mostrada por la pareja de centrales Murillo-Araujo con anterioridad se desvaneció. La ausencia de un mediocentro obligó al colombiano a salir a la presión de Salva Sevilla, llegando tarde, y el pase del veterano mediocentro encontró a Budimir ganando por la mano a Araujo. El mismo mal que acechó al bloque vigués apenas unos minutos después, con Salva Sevilla colocando con tranquilidad el balón en un gran tanto desde el borde del área.
El partido de las tomas falsas ya estaba terminado y tocaba empezar a paliar los daños que puede ocasionar esta goleada contra el peor rival posible en un pésimo momento. La certeza de que la permanencia no está asegurada, cuando apuntaba a estar tan encauzada, puede hacer reflotar las dudas que han acompañado al equipo toda la temporada. Faltan cinco partidos, tres en casa, y hace falta sumar, al menos, seis puntos.

 Mallorca:
Reina; Pozo, Raíllo, Valjent, Lumor (Fran Gámez, min. 42); Kubo (Lago Junior, min. 82), Baba, Salva Sevilla (Trajkovsky, min. 82) Dani Rodríguez (Febas, min. 73); “Cucho” Hernández y Budimir.
Celta:
Rubén Blanco; Kevin Vázquez (Joseph Aidoo, min. 70), Jeison Murillo, Néstor Araujo, Lucas Olaza; Okay Yokuslu (Fiodor Smolov, min. 46), Filip Bradaric, Rafinha Alcántara (Toro Fernández, min. 70); Iago Aspas, Denis Suárez (Manuel Agudo 'Nolito', min. 27) y Santi Mina (Blais Méndez, min. 61).
Goles:
1-0, min.13: Budimir, de penalti; 2-0, m.27: 'Cucho' Hernández; 3-0: min. 40: Pozo; 3-1, min. 49: Iago Aspas, de penalti; 4-1, min. 53: Budimir; 5-1. min. 60: Salva Sevilla.
Árbitro:
De Burgos Bengoechea (comité vasco). Amonestó a los locales Valjent, Budimir, Fran Gámez; y a los visitantes Fernández y Murillo.
Incidencias:
Partido disputado sin público en el estadio Visit Mallorca.

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