"Me apasiona escribir este género, es como recuperar la vista al hacerlo", dice el historiador y novelista
José Soto Chica (Granada, 1971) presentó su última novela, “Egilona. Reina de Hispania” (Espasa), a través de la cual intenta dar visibilidad a una de las mujeres más poderosas de la Alta Edad Media. Medievalista e investigador en el Centro de Estudios Bizantinos, llegó a la Historia al finalizar de forma trágica su carrera militar con un accidente en Bosnia-Herzogonina a raíz del que perdió la vista y una pierna. De toda esta trayectoria habló para los lectores de Atlántico.
Acaba de publicar un libro apasionante del paso entre dos épocas, la goda y la árabe, pero su historia personal no es menos épica.
Sí, era militar y tuve un accidente. Cuando me desperté después de 14 días en coma, sorprendí a todos porque ya no me esperaban. Es lo que me tocó vivir y me puse a ello. A la vida no se le pueden poner condiciones, hay que experimentarla de manera plena y enfrentándola de forma positiva.
¿Qué encontró en la Historia para aportarle ese revivir tan intenso?
La historia es la experiencia humana multiplicada por los siglos. Si penetramos en su manera de entender el mundo en cada época, aprenderemos muchísimo. Me apasiona escribir este género, es como recuperar la vista al hacerlo. En la novela histórica me imagino las escenas y es como si estuviese allí.
Le dedica la novela a Egilona, una poderosa mujer del siglo VIII, que sin embargo pasó al olvido. ¿Es otro ejemplo de las grandes silenciadas?
En parte es lógico. Fue una mujer incómoda para todo el mundo y las crónicas prefirieron olvidarla o tergiversar su vida. Egilona no caía bien a nadie. Ella fue mujer del rey Rodrigo, muerto en batalla, fue la reina de Hispania, la titular de un reino que había desaparecido. También la esposa de Abd al-Aziz y la que le indujo a a sublevarse contra califato.
¿Egilona, como mujer poderosa, es un caso excepcional o hubo otros casos también olvidados por la historia?
Fue la última de una lista de grandes mujeres del reino de los godos de la que tampoco se hablan. Si por algo se caracteriza la época es por mujeres poderosas. Entre ellas Liuvigoto, Gosvinda y su hija Brunequilda que reinó a los francos o Baddo.
¿Qué información llegó de estos personajes femeninos?
No tenemos muchos datos y en gran parte no son muy fiables. Para esta novela hice una labor de selección, separando los hechos que se saben de Egilona de las interpretaciones y comentarios que la maltrataban, quitando todo lo que no es verdad.
Egilona fue protagonista de su tiempo, ¿qué legado dejó?
Para mí, el más importante fue haber sido la antorcha, la abanderada del mestizaje. Propició la integración de su pueblo con los conquistadores. Buscó un acuerdo de convivencia. Su legado es Al-Andalus. Ese momento fue la cuna de la cultura actual.
Siendo un periodo tan clave es curioso que no sea un pasado tan divulgado como la Edad Moderna. ¿Responde a intereses políticos?
Nuestra identidad como país se construye en este periodo, en la Edad Media. Los nacionalismos periféricos se basan también en este momento, buscan su justificación y el español hace lo propio. Es importante conocer la historia para que no nos engañen.
Pero una cosa es la historiografía y otra la historia. ¿Cree que aún se manipula el pasado?
Llevo 24 años en esto y siempre se tiende a interpretar los sucesos, pero lo que pasó no es cuestionable, los hechos son los hechos. Egiona existió y fue la reina de Hispania, así lo recogen las crónicas de la época. Los reyes de Castilla se creían herederos directos de los hispanos, los últimos de su línea.
