El presidente de Vox, Santiago Abascal le ha cogido el gusto a ser el oráculo de su partido y lo hace no por el método de meter las manos en las vísceras de algún animal, o de leer los posos de café, o por cualquiera de los otros métodos de predicción del futuro, sino por el de mirar a la cara de sus candidatos. A Juan García-Gallardo, le vio cara de vicepresidente de la Junta de Castilla y León nada más cerrarse las urnas y conocerse los resultados de su partido. En efecto, su candidato ocupa el puesto que le predijo, aunque en esa ocasión podría decirse que así se las ponían a Felipe II. Ahora ha hecho una predicción más arriesgada y mirando a la cara de su candidata para las elecciones autonómicas andaluzas ha visto a Macarena Olona “cada vez más cara de presidenta” de la Junta de Andalucía. Más que de los oráculos hay que fiarse de los estudios demoscópicos y en este caso ninguno de ellos prevé que Vox vaya aganar las elecciones andaluzas, que es una condición sine qua non para ocupar el palacio de San Telmo. Lo que si puede ocurrir es que tenga cara de vicepresidenta, si Feijóo no lo impide.
