Opinión

Demolición

Hay muchas formas de demoler un edificio. Una es con explosivos cuidadosamente colocados para que los cascotes no se extiendan más allá de la zona acotada. Otra es mediante su abandono para que el olvido haga su trabajo, que quizá culmine con la demolición física. Los edificios, las sedes, son símbolos de poder. En Atlantic City han echado a tierra el primer casino propiedad de Donald Trump, el Trump Plaza Hotel & Casino, inaugurado en 1984. Trump pierde las elecciones y se viene abajo una de sus inversiones que acabó en ruina. Los más curiosos han pagado 10 dólares por ver la demolición desde un autocine. El PP ha perdido las elecciones catalanas y la única víctima de la debacle ha sido la sede de Génova 13, que ocupa desde 1983. Quizá los nostálgicos vayan a reunirse en los alrededores del edificio cuando los camiones de la mudanza salgan con los muebles y papeles hacia su nuevo destino y entonen los cánticos de los buenos tiempos. 

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