Cuatro años es un lapso que en política da para pasar de blanco independiente a naranja para luego tornarse manifiestamente azul. Se trata de un caso de mimetismo como el de los camaleones para adaptarse al medio, evitar los peligros y medrar. Esta forma de supervivencia ha sido la adoptada por muchos políticos de Ciudadanos que poco a poco se han ido convirtiendo en candidatos a diputados sin haber pasado la etapa de militantes. El caso más curioso de historia natural es el de la escritora Marta Rivera de la Cruz, aupada al número dos de la lista del PP por Madrid después de haberse convertido en íntima de Isabel Díaz Ayuso, de ser elegida concejal con Martínez Almeida y sobre todo después de haberse despachado a gusto contra Feijóo cuando era adversario de su partido primigenio y le llamaba “cacique” y a la televisión pública gallega “TeleFeijóo”. Sin duda el presidente del PP tiene buen corazón y le ha perdonado esos pecados de juventud.
