Opinión

Sesenta y uno

Parece ser que va en serio lo de rebajar el número de parlamentarios gallegos. Vaya por delante mi ¡ojalá!, pero hasta que lo vea no lo creeré, aunque eso sea culpa de mi ateísmo político actual. Por tanto, como no puedo confundir deseo con realidad esperaré a brindar por la anunciada medida de reducción parlamentaria a que se cocine ésta bien y nos la sirvan en plato de próximo Parlamento. Sin duda lo degustaré después pero tampoco crean que demasiado, porque no es para tanto, ya que de setenta y cinco a sesenta y uno son solo catorce de diferencia, más que una piedra pero menos que una quiniela, más bien pocos, como pocos son también los que deberían oponerse a tal medida si es que no tienen el culo pegado a la silla y mucho miedo a que se lo despeguen con la reducción de la lista. Sí son pocos los escaños reducidos, porque la medida es necesaria para atemperar la ciudadanía harta en general de quienes la representan por su poca valía. Si no cree lo de poca valía haga usted la prueba y coja la actual lista de parlamentarios gallegos y asígnele a cada uno de ellos alguna acción claramente positiva y de alcance público, de esas que realmente sirven para mejorar las condiciones de vida de la gente como pueblo, y ya verá cómo no, como no cuadran las cuentas de acciones y quienes nos representan, el mayor número de ‘ellos’ (representantes) por ‘ninguna’(acción) igual a ‘nada’, de nada, ¡las gracias solo las tienen ellos!.

Para mí la cosa no pasa de simple gesto pues habría que reducir la representación a la mitad por lo menos, a lo más otra media persona añadida a la mitad para así no romper a nadie por el medio ya que si no resultarían treinta y siete y medio, y ningún medio puede existir biológicamente. Pero los gestos en democracia son importantes, y si son positivos además son bienvenidos, al menos para compensar los negativos a los que nos tienen acostumbrados. Por gestos nos comunicamos, con gestos nos atraemos, los gestos por tanto no son desdeñables, ciertamente.

A pesar de lo anteriormente dicho y pese a lo que pesa y nos pesa este cuerpo político con tantos miembros no crean ustedes que no hay oposición a la medida. Porque sí la hay como hay obesos mórbidos que ni a la de tres quieren ponerse a dieta; la hay, y omitiendo la posible que puede haber en las propias filas del partido popular a la chita callando porque a alguno se le acabará el chollo y que no puede denunciar porque se vería demasiado el plumero, y la oposición pública a la medida proviene del banquillo del equipo contrario en el juego, es decir, de toda la oposición, yo no sé si porque en la oposición hay que decir siempre que no por principio o porque los que se han pronunciado en tal sentido tengan que ver algo con aquello que comentaba antes respecto a culo y silla. Puedo entender el temor de alguno a quedarse sin puesto en el Parlamento porque no tenga ningún otro puesto alternativo en su vida privada pero no puedo entender que nos traten como idiotas al resto argumentándonos falazmente conque a mayor número de representantes mayor democracia. ¡Vaya!, como si la República Popular Democrática de Corea, o sea Corea del Norte, o sea país donde su presidente Kim Yong da de comer a perros hambrientos carne viva de presos, por contar con 687 miembros representantes en la Asamblea Suprema fuera más democrática que nuestra propia España de 350, o que será la misma Galicia futura del 061. Soy ateo político pero no tanto, ¡vamos anda!

Te puede interesar