Opinión

Imagen e información

Las cadenas de televisión, incluyendo  la cadena pública, hacen muy pocos programas exclusivamente determinados por la práctica del periodismo en su más noble y sensata acepción. En RTVE, se le adjudica un programa propio con medios y buenas coberturas a los profesionales que han dado la cara en los informativos a lo largo de los años, lo que debe interpretarse como un premio a la fidelidad porque ninguno de estos espacios tiene en realidad mucho interés, todos son contemplativos y expresamente dedicados a cultivar el ego de su responsable, y suelen languidecer sin más objetivo que el empleo de aquel que lo dirige hasta que el proyecto se muere de puro tedio. Le acaba de pasar a Ana Blanco, el rostro más sencillamente popular de los telediarios, a la que le ha llegado la hora del retiro y, por lo tanto, la hora de contar con un programa de investigación para ella sola llamado en este caso “Todo cambia” confeccionado a su medida, que la gente apenas verá y que a ella le sirve para seguir cobrando su salario de funcionaria de primer nivel en el ente público hasta que se diluya por sus propios medios. Algo muy similar le ocurrió a otro rostro  muy tenido en cuenta, el ex corresponsal Juan Carlos Franganillo, que se ocupó de un espacio relacionado con el mundo del futuro del que no he vuelto a tener noticias por fortuna dado su soporífero contendido.

En el resto de las cadenas se ha confundido la función periodística con el espectáculo, y como el show debe continuar, los programas de información se han vuelto puro show y han ido generando un nuevo concepto del tratamiento de noticias cuyo principal objetivo es alentar el interés del televidente a base de ir graduando la intensidad de la propuesta  hasta que alcanza el clímax en el curso de una traca final en la que los invitados se roban la palabra el uno al otro, se tiran de los pelos y discuten acaloradamente ante las cámaras sin importarles un bledo lo que opinen aquellos que están contemplando el espectáculo en sus respectivos domicilios. No es fácil hacer periodismo de investigación y análisis en la televisión porque la imagen se lo come todo, y sin embargo, no hay mejor medio para hacerlo que la televisión. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios.

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