Opinión

Dos candidatos

En el tiempo en que visité Argentina, tuve la suerte de ser invitado a cenar por una familia porteña de clase media en la que él era abogado y su mujer profesora de secundaria. Fue una cena muy ilustrativa, porque aprendí mucho más de la conversación que mantuve con mis anfitriones que de todo el resto de mi tiempo enfrascado en tratados sobre política y libros de Historia sobre el continente americano. La conversación se adentró por los difíciles caminos de equiparar los ámbitos políticos europeos y latinoamericanos hasta coincidir en una verdad suprema. Eran mundos absolutamente opuestos y por tanto, lo que en uno tenía pleno significado no lo tenía en el otro y viceversa. Estuvimos de acuerdo.
Leía ayer de qué pasta está modelado el aspirante a la presidencia de Argentina Javier Milei, líder de una fracción política llamada La Libertad Avanza que pregona una suerte de desarrollo extremo-liberal de la economía en sintonía con sus planteamientos ideológicos algunas de cuyas más sobresalientes perlas se las contó hace poco a un periodista norteamericano y que, una vez colgadas en Twitter –tengo entendido que ya no se llama así desde que la ha comprado Musk- han batido todos los récords de audiencia porque entre otras muchas cosas dice que detesta a su paisano el Papa Francisco, afirma que eliminará el ministerio de la Mujer y considera el aborto como un asesinato.
Sin embargo no son los dudosos planteamientos políticos, sociales y económicos los que me dejan más perplejo sino algunas de las confesiones que el candidato Milei expresa de su propia personalidad, porque afirma que en otra vida fue gladiador en el Circo de Roma y que es de esa naturaleza de la que le viene su espíritu combativo. Una de las cuestiones que planteamos en aquella sobremesa bonaerense de hace años fue precisamente la implantación del populismo en la política latinoamericana que yo puse tímidamente sobre la mesa acordándome de Perón y su dislocada estancia en España. No viene mal recordar que el futuro opositor de Milei en la segunda vuelta para la Casa Rosada se llama Sergio Massa y capitanea otra fracción llamada Unión de la Patria que es de inspiración peronista. Si Perón aún controla e inspira la política argentina es que algo va mal. Y lo que es más grave, todavía gana  elecciones.
 

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