Opinión

¿Un Vigo comercial?

La industria y el mar han definido a la ciudad
La ciudad de Vigo se ha definido a sí misma como industrial y marítima, sus dos pilares esenciales de riqueza que también ayudaron a cimentar su propia identidad. Mientras Pontevedra se ve como capital y ciudad administrativa, Vigo se reconoce por su potencial económico y dinamismo empresarial, una ciudad de trabajadores. Así ha sido hasta ahora, pero la evolución reciente da qué pensar. El sector industrial vigués es todavía importante, en torno al 15,2 por ciento de todo el empleo, pero pese al incremento del pasado año (creció un 23 por ciento por la demanda de las empresas de automoción y mar), tiende claramente a la baja por pura aritmética: no se ha instalado ninguna gran empresa en la ciudad desde la apertura en los noventa del Parque Tecnológico de Zona Franca. Y no hay ninguna perspectiva para que vayan a cambiar las cosas ante la racanería en el desarrollo de nuevas áreas industriales. Incluso al contrario: Stellantis ha reducido de forma notable su plantilla, ahora en unos 6.500 trabajadores, cuando llegó a contar con 10.000 en el pasado no tan remoto. En estas condiciones, parece que todo empuja a que Vigo tome el camino hacia su reconversión en ciudad de servicios, turística y comercial. Los datos son positivos, como la evolución. Hace unos días, el director de Vialia destacaba en este diario que esperan 13 millones de visitantes a su centro este año, una cifra espectacular, un 10 por ciento desde Portugal. En cuanto al turismo convencional, soporte del sector servicios, entre Navidades y el verano se ha acercado al millón de pernoctaciones, impensable hace una década. Todo esto es cierto, como también que solo la industria crea verdadera riqueza y es un valor seguro. ¿Comercial? Sí pero.

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