Y no habrá ningún acto para conmemorarla. El único previsto para la fecha exacta, ante el monumento de la plaza de la Independencia, fue anulado por la lluvia, como pasó con las procesiones, así que será un 28 de marzo insólitamente plano, sin fiesta popular ni homenaje. No estoy nada de acuerdo en que se muevan las fechas en función del tiempo, como pasa con el Entroido. Creo que eso va contra el prestigio de la propia celebración, y si las Fallas son siempre el 19 de marzo y la fiesta de Madrid el 2 de mayo y no otra jornada, por qué no pasa lo mismo con la Reconquista, que aspira a ser declarada fiesta de interés internacional.
Sobre el episodio histórico de 1809, el momento fundacional de la ciudad de Vigo, me quedo con lo que escribió el bueno de Bernardo González “Cachamuiña” años después, cuando estaba forzosamente retirado en su casa de Ourense, donde falleció a consecuencia de las heridas en la toma de Vigo, que le llegaron a envenenar el cuerpo. Él mismo escribió cuán arrepentido estaba de haber participado directamente: perdió la salud por las balas de plomo recibidas y con ello el empleo militar, no ganando más que durante un corto espacio de tiempo el cargo de gobernador de Vigo y una mínima paga como baja forzosa del Ejército que no hizo sino incrementar su amargura. “Cachamuiña” fue el héroe en mayúsculas y el responsable de que Vigo fuera la primera plaza de Europa donde se rindió el ejército de Napoleón, un hecho que creo que no ha sido todavía puesto en valor como debería, pese a existir todavía el lugar físico donde se produjo la firma de la capitulación de Chalot, lo que irritó sobremanera al corso. La Casa de la Rendición, que así se llama, se encuentra en las inmediaciones de la Rúa Real, un imponente edificio en una de las calles más estrechas y cortas de Vigo, pero también más cargadas de historia mayúscula. Hoy es una vivienda de uso turístico. C’est la vie.
