Contaba hace unos días en este diario el vigués Iván lópez van der Veen varias cosas interesantes de su larga experiencia negociadora en Bruselas. Van der Veen es uno de los grandes defensores de la pesca gallega y sabe muy bien lo que se guisa en la capital europea, donde solo la presencia de un lobby permanente ha permitido evitar descalabros mayores en un sector que se enfrenta a amenazas permanentes. Una de las cosas más llamativas que explicó es que Sinkevicius, el más que controvertido comisario de Mar y Medio Ambiente, es menos antipático y más cercano de lo que parece. Y que solo ahora ha comenzado a descubrir lo que significa la pesca y su trascendencia, más allá de una actividad económica básica… justo cuando le quedan unos meses para abandonar el cargo, desde el que ha mantenido una política muy negativa, con cierre de caladeros y la amenaza de expulsión del arrastre de todos los mares europeos. Una decisión basada en sus convicciones, no en datos científicos, y que ha tenido repercusiones sobre otras artes, como el palangre. Me quedo con un dato más llamativo aún: que el puesto de comisario de Mar (es decir, de pesca) es el menos deseado por los miembros del colegio que gobierna la UE, confirmando lo que ya comentó en alguna ocasión Enrique López Veiga, quien también conocía muy bien Bruselas. Así que tras Sinke vendrá otro friki porque el puesto es para el último de la fila y volvemos a empezar. La suerte es que Iván seguirá ahí de guardia.
