Opinión

¿El fin del mundo?

Podemos estar tranquilos que este año está acabando, pero el fin del mundo aún tardará. Posiblemente pasarán muchas generaciones. Pero bien creo que ese acontecimiento llegará “algún día lejano” a manos de los habitantes del planeta. Me niego a creer que sea fruto de una decisión categórica del Creador. Por muchas razones. La fundamental estriba en que quien creó este gran “juguete” nunca lo tirará a la basura. Es un Creador bondadoso, Padre y misericordioso. Pero, y aquí viene el problema, ha dejado a los habitantes, a los humanos, la libertad suma para que “creciendo y multiplicándonos, dominásemos todo lo creado”. Pero, por lo que se ve, el personal está por otra labor, que es el consumo, el bienestar personal, la prosperidad económica y otras intenciones en vez de colaborar por un mundo mejor.
Se acaba un año para olvidar desde cualquier punto que se mire. Hemos vivido 2021 con continuos sobresaltos y hasta ¡6 olas de la pandemia! Terrible situación que inmoviliza a la población, la atemoriza y la “secuestra” en una prisión que para muchos se hace insostenible. Lamentablemente han aumentado los suicidios y sobre todo las depresiones y los encontronazos familiares y sociales. Los exabruptos políticos y de todo tipo es posible que tengan su origen en una situación que induce al pesimismo y desasosiego. Es la triste realidad en muchos hogares.
Pero tenemos que recobrar la fuerza interior que nos lleve al necesario optimismo. Esta Nochevieja tenemos que elevar nuevamente la copa y brindar por un futuro mejor y una vida más normal tanto en la politica como en la vida familiar. Nunca y desde ningún concepto tenemos razones para hundirnos. ¡Nunca! Antes bien siempre es la ocasión para un renovado optimismo basado en la lucha diaria, el esfuerzo continuo y una visión siempre positiva pensando en un futuro mejor aun cuando a algunos esto les pueda parecer utópico. Los fracasos y tiempos malos de nuestras vidas tienen que ser siempre un acicate que nos estimule a la lucha diaria, al esfuerzo optimista y al deseo de esa colaboración que toda sociedad posee. Porque si miramos a todas las cosas malas que han acontecido posiblemente llegue a nosotros la depresión. 
Pero también ha habido muchas cosas estimulantes. Entre ellas sin lugar a dudas están los voluntariados promovidos desde distintas instituciones y que han sido muy positivas. Como lo es la actitud de miles de sanitarios en todas partes que han estado luchando de forma extenuada dejando incluso sus vidas en el intento de salvar a muchos. En esta época ha resaltado, por todas partes la labor callada también de ONG de todo tipo y tanto Cáritas como algunas congregaciones religiosas han echado el resto. Y han conseguido logros muy laudables tanto en el tema de la pandemia como en las catástrofes naturales que han acontecido también este año con terremotos, volcanes e inundaciones. Para todas estas desgracias ha habido respuestas certeras por parte de muchos.
Por ello ¿se va un año malo? Cierto. Pero también sacando fuerzas de flaqueza como lo han sido los paralímpicos. Todo un cúmulo de ingredientes que si sabemos interpretarlos bien seremos capaces de ver de manera más equilibrada los acontecimientos presentes.
Feliz año para todos mis queridos lectores y el deseo de mucho ánimo y constante esfuerzo en positivo.

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