Opinión

¿Dónde está el Niño?

Los que vivimos fuera de España tenemos que reconocer que la solemnidad de los Reyes Magos se celebra en nuestra patria con un esplendor que en otras latitudes olvidan. Para comenzar, es solemnidad aquí y día laborable prácticamente en el resto del mundo. La fiesta de Reyes es infantil por excelencia. Es una delicia observar cómo, al pasar la Cabalgata por nuestras calles, los niños ponen unos ojos como platos a la espera de que los Magos les envíen caramelos y muestren los envoltorios en los que llevan los regalos.
Es emocionante observar cómo en esta noche los niños se van a la cama, disimulan dormir y abren sus ojos para ver la carta que han depositado en sus zapatos pidiendo sus regalos. Día de ilusión, de gozo y esperanza, y muy triste sería romper en esas mentes infantiles todo ese cúmulo de deseos y esperanzas para esta noche mítica para todos. Día grande para los niños, pero también para sus padres que gozan viendo disfrutar a sus hijos. ¿Quién en esta noche disfruta más, los padres o sus hijos? Yo tengo mis serias dudas. 
Los regalos son un recuerdo para el Niño de Belén a quien los Magos le llevaron en este día el oro, el incienso y la mirra. Pero la pregunta que hoy en día me hago es ¿dónde esta el Niño? Sin duda, con tanta propaganda y tanta parafernalia algunos tal vez lo buscan en la cima del árbol iluminado, en medio de los supermercados o acaso perdido en medio de juegos y juguetes… ¿Es ese el lugar?
Sin duda la fe cristiana nos recuerda que ese “Niño” está en la humildad de unas pajas, en la sobriedad de un pesebre pero en el cariño de unos padres y en la pobreza. Sin tener dónde nacer, lo hace en la pobreza de un portal perdido. Nace en pobreza, en medio de la soledad y rodeado únicamente de los pastores y los ángeles que le cantan mientras la vaca y el buey le ofrecen la única calefacción posible.
De aquí que todos los creyentes en ese gran misterio tengamos la obligación de honrarle de manera también humilde y sencilla en el portal limpio de cada corazón y en cada persona de buena fe. Nace para todos y para todos quiere traernos la paz, el amor y el entendimiento.
¡Cuán triste es que precisamente en el lugar de su nacimiento humano hoy en día parece ser imposible la paz y la concordia! Que Jerusalén sea hoy señal de división y guerras fratricidas y que allí musulmanes, cristianos y judíos, se peleen ente sí. ¡Increíble paradoja del mundo actual!
Feliz día de Reyes y que a todo el mundo traigan la paz, la concordia y un poco más de amor. De lo que más carece el mundo actual es precisamente de mayor dosis de contenidos serios, en el fondo un poco más de sentimientos y de una mirada más trascendente. Aquí en este mundo que hemos convertido en un cacharro en manos a veces de unos irresponsables, tenemos demasiadas cosas, todas ellas o casi todas materiales, que para nada sirven.
Seamos capaces de echar un vistazo a nuestros armarios y veremos cómo nos encontramos con mil y una cosas que para nada sirven. Incluso cosas que aún las tenemos envueltas desde el día en que la propaganda nos las metió en nuestras vidas. Por eso, “cosas” tenemos muchas, nos falta cultivar el ser de nuestras vidas para ser un poco más humanos.

Te puede interesar