Opinión

Progreso, progresismo y el 8-M

Según el diccionario de la Real Academia, la palabra ‘progreso’ significa como frase: ’acción de ir hacia delante’, como nombre: ‘avance, adelanto, perfeccionamiento’. Sin embargo, la palabra ha sido usado varias veces como un concepto. Uno de ellos, relativamente contemporáneo lo relaciona a la existencia de un sentido de mejora en la condición humana. La consideración de la posibilidad fue fundamental para la superación de la ideología feudal medieval, basada en el teocentrismo cristiano y expresada en la escolástica. Desde ese punto de vista el progreso no tiene sentido cuando la historia humana proviene de la caída del hombre (el pecado original) y el futuro tiende a Cristo. La historia misma, interpretada de forma providencialista, es un paréntesis en la eternidad, y el hombre no puede aspirar más que a participar de lo que la divinidad le concede mediante la Revelación. 
La crisis bajomedieval y el Renacimiento, con el antropocentrismo, resuelven el debate de los antiguos y los modernos, superando el argumento de autoridad y Revelación como fuente principal de conocimiento. Desde la crisis de la conciencia europea de finales del siglo XVII pasa a ser un lugar común que expresa la ideología dominante del capitalismo y la ciencia moderna. La segunda mitad del silo XIX es el momento optimista de su triunfo, con los avances técnicos de la Revolución industrial, el imperialismo europeo extendiendo su idea de civilización a todos los rincones del mundo. Su expresión más clara es el positivismo de Auguste Comte. Aunque pueden hallarse precursores, hasta después de la I Guerra Mundial no empezara el verdadero cuestionamiento de la idea de progreso, incluyendo del cambio de paradigma científico, las vanguardias en el arte, y el replanteamiento total del orden económico social y político que suponen la Revolución Soviética, las Crisis de 1929 y el Fascismo. Pasemos al Progresismo. Es una tendencia política donde se defienden ideas orientadas hacia el desarrollo de un Estado del bienestar, la defensa de derechos civiles y cierta redistribución de la riqueza. Comúnmente se considera que estas corrientes aglutinan fuerzas opuestas al conservadurismo. 
En el organismo como un sector político confluyen diversas doctrinas filosóficas, éticas y económicas del liberalismo y el socialismo democrático. Los progresistas persiguen la libertad personal y la privilegian sobre la libertad económica, por ello fomenta reformas progresivas en los social, económico, político e institucional, con la cual pretenden profundizar en la libertad del individuo. El progresismo como tendencia política es pragmático, por lo que no se encuentra en el espectro tradicional izquierda-derecha.
 Es por ello que prefieren el uso del grafico de Nolan como nuevo espectro político. No obstante, al progresismo a veces se le suele enmarcar dentro del espectro de la izquierda, aunque algunos sectores de la propia izquierda buscan desmarcar del progresismo. Aunque el término tiene procedentes en la Revolución francesa, cuando políticamente era sinónimo de reformismo, el progresismo tomó forma como tendencia política de las luchas contemporáneas por los derechos civiles y políticos que dieron vida a movimientos sociales como el feminismo, el ecologismo, el laicismo y la sexo-diversidad, entre otros. En lo socio-económico, su principal consiga es que deben ser las capacidades del individuo y no las condiciones al nacer las que determina el límite de sus aspiraciones. Por lo tanto, el progresismo propone que el Estado debe generar las condiciones para que sea el esfuerzo humano la única variable que determina la desigualdad social. ¿Y el 8-M día mundial de la mujer? Las manifestaciones multitudinarias en España superaron lo de otros países del mundo. Sin embargo, las objeciones fueron las mismas. La igualdad. La lucha sigue. Algún día se hará justicia. Llegará.

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