Opinión

Políticos

A principios de este año, estuve ingresado en el hospital de Povisa para la intervención quirúrgica de una hernia inguinal. Durante a la visita de la cirujana antes de la operación, y aparte de una enfermera las acompañaban dos jóvenes, supongo que aspirantes a ser futuros enfermeros. 
La profesión sanitaria es una de las más nobles de todas las profesiones y merece todo el respeto y cariño especialmente en la situación en que nos encontramos mundialmente con esta pandemia del COVID-19. Pero un médico/a o enfermero/a no entra en la profesión por las bravas sin primero cursar unos estudios difíciles y una vez graduados pasar por un periodo de consolidación hasta obtener la experiencia necesaria para tratar a los pacientes que estén en sus manos. ¡Tarda años! Con otras profesiones es igual como pueden ser derecho, ingeniería -con la plétora de ramificaciones-, marina e incluso los de servicios de seguridad, léase policías, bomberos y fuerzas armadas. Hay otras profesiones, también nobles que no demandan tanto estudio. Fontanero, albañil o taxista para dar más ejemplos. Pero todos requieren unos años de experiencia antes de lanzarlos al mundo a servir a la humanidad. 
Sin embargo, hay una profesión que sobresale en el mundo entero que hasta el día de hoy no necesita estudios profesionales o universitarios. Es el de político/a. ¡Ah! Eso sí. Hay que tener buena labia, contactos, amiguetes, cara dura, y desde luego experiencia de relaciones publicas y marketing. Es verdad que uno puede estudiar ciencias políticas hasta la saciedad, pero si nunca trabajo en una empresa, fue autónomo o sirvió cañas en un bar todo lo que sabría hacer es una tesina utópica equivalente a un catálogo de juguetes de ‘Toys-R-Us’. Volviendo a los políticos hay un poco de todo. Tomemos como un ejemplo al expresidente de USA, Ronald Reagan. Fue locutor de radio, actor de cine y militar, presidente de la ‘Liga de Actores’ y gobernador del estado de California. Pero fue un buen presidente de USA. Durante su mandato, presenció la caída del muro de Berlín, la Unión Soviética y la Guerra de las Malvinas. 
En la historia del Reino Unido el más famoso de todos los políticos fue sin duda Winston Churchill. Aparte de ser un militar, corresponsal y autor de numerosos libros estuvo en la política durante la I Guerra Mundial y como Primer Ministro en la II. O que le parece el ejemplo de Venezuela en las últimas décadas. De un militar pasaron a un conductor de transporte público. No está mal. En otras palabras, que, para entrar en política, no se necesita ni estudios ni practica alguna. Pero el mundo de hoy ha cambiado. Vivimos en un mundo muchísimo mas complicado con unos retos enormes. La tecnología, la economía, el cambio climático y ahora el ataque feroz de un virus mortífero exige mas que nunca una serie de políticos, especialmente en los altos cargos, que sean serios y sin ideologías para hacer frente al nuevo reto mundial. 
Desgraciadamente el ser humano sigue siendo otro animal de la fauna que nace, crece, reproduce y se muere. En otras palabras, es mortal. Además, como dice el refrán: ‘Uno/es elevado/a al nivel de su propia incompetencia.’ Acabamos de sufrir precisamente de un caso en cuestión. El presidente de USA de los últimos 4 años, Mr. Donald Trump. Este individuo no sabía nada de adecuado y menos del mundo internacional. Fue un magnate de los negocios, al estilo de Richard Gere en ‘Pretty Woman’, mujeriego y cantamañanas. Pero, lo más importante. Era un psicópata. Causó el asalto al Capitolio de la nación que pasara una dura factura a su nación.

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