Opinión

Faltan menos días

Pues sí. Siguiendo con la cuenta atrás del Brexit, ahora faltan catorce días, exactamente dos semanas para que nuestros colegas europeos, los británicos, mejor dicho, los ingleses se marchen a buscar tesoros solitos en el mundo como hicieron hace siglos y siglos. Quizás, para justificar hasta cierto punto esta marcha, y entender lo que está ocurriendo ahora mismo hay que remontarse hace muchos años cuando el Reino Unido fue pionero de una gran parte del mundo moderno de hoy día. 

Una especie de ‘memoria histórica’ que comenzó con el nacimiento de la era industrial cuando un ingeniero inglés, Thomas Newcomer inventó la primera bomba a vapor a principios del siglo XVIII. A partir de ese momento, al estilo de los romanos no dejaron de avanzar a pasos gigantes desarrollando, en especial, sistemas de transporte, léase barcos y ferrocarriles y modernizando al mundo con los nuevos métodos de transporte. Desde luego que no fueron los únicos, pero eran los más poderosos. Ese espíritu de conquista que incluía el comercio y el entonces enorme imperio colonial ha sido revivido gracias a la propaganda que comenzó el hoy primer ministro Boris Johnson. Ha seguido los pasos de sus antepasados invocando a esas épocas maravillosas de imperialismo con supuestas nuevas estrategias modernas. Para poder poner en marcha el proyecto era necesario el divorcio de Europa. El problema es que no está funcionando. 

Aparte de que estamos en el siglo XXI y el mundo ha sido atacado por un nuevo enemigo llamado COVID-19, la situación ha cambiado radicalmente. Por más que siga insistiendo el gobierno del Reino Unido de marcharse el 1 de enero, las consecuencias de caos no solo no han cambiado, pero empeorarán. Lo vengo repitiendo desde hace semanas. Lo curioso es que una gran parte de los ciudadanos ingleses aún no se están dando cuenta. Pertenezco a una red social de mis antiguos colegas y algunos ya comienzan a abrir los ojos al avance del cierre de fronteras al notar la falta, ya, de muchos artículos de consumo en los supermercados. Otros se quejan de la acumulación de camiones preparados para cruzar la frontera. Son pequeños detalles. Ahora llegan los festivos de la Navidad y fin de Año. Al igual que en España, puede que den un respiro, aunque la pandemia afecte a las reuniones familiares. 

Aun así, el reloj de cuenta atrás sigue. Las negociaciones no han concluido. Según los medios de comunicación existe un respiro relacionado con el tema más importante para ambos lados que son los acuerdos comerciales y quizás se evite el cierre abrupto de la puerta. Desde luego que sería un verdadero alivio. Sin embargo, esto no cambiaría el futuro cese del libre movimiento de personas. El efecto de este último escollo es la verdadera incógnita. Resumido, sigue el tic tac del reloj hacia un futuro desconocido que afectara la vida de los ciudadanos europeos que tengan o quieran tener una relación, sea cual sea con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Continuara… 

Te puede interesar