Opinión

Un PSOE que ya no existe

Al sentido de la responsabilidad de los diputados socialistas ante el piélago de incertidumbre que abriría la repetición de las alianzas de Pedro Sánchez con partidos declarados enemigos de la Constitución, caso de ERC, Junts o EH Bildu. Pero ese PSOE a cuyas puertas llama Núñez Feijóo, ya no existe. A lo largo de los años que lleva en la secretaría general, Pedro Sánchez ha ido abatiendo los sistemas internos de contrapoder hasta lograr la total sumisión del Comité Federal. Un órgano interno de poder que antaño podía quitar y poner secretarios generales, como bien pudo comprobar el propio Sánchez en ocasión de la crisis que determinó aquella traumática defenestración de la que supo recuperarse para regresar -y con el auxilio de las bases- hacerse con el poder en el partido. Con todo el poder.

Porque hoy el PSOE ha dejado atrás su tradición de debate en las agrupaciones y en las instancias rectoras del partido para convertirse en una estructura de corte presidencialista al servicio del liderazgo de Sánchez. Sánchez decide y manda. Puede establecer alianzas con fuerzas situadas en el extremo del arco parlamentario o convocar elecciones y en el partido se enteran por los medios de comunicación. Sin debate y sin contestación alguna. Ni siquiera en boca de algunos de los barones -Page, Lambán, Fernández Vara- en apariencia tenidos por críticos.

El caso de Vara es particularmente significativo. Tras anunciar en su día que dejaba la política, cambió de idea, desembarcó en el Senado- donde ha sido designado vicepresidente segundo-, y ahora comparece entregado a la causa sanchista haciendo declaraciones en línea con el último hilo de Moncloa acerca del posible encaje de la amnistía en el marco constitucional. El precio de los siete diputados del prófugo Carles Puigdemont para apoyar la investidura de Pedro Sánchez.

En ese escenario, las apelaciones de los dirigentes del PP a la responsabilidad de los diputados socialistas, por inútiles, se tornan patéticas. El PSOE a cuyas puertas llaman, ya no existe. Dicho lo cual, procede recordar que el voto de los diputados es personal e indelegable y que antes que al partido se deben antes a los ciudadanos que les han votado. Quiere puede decirse que lo que pasa en el PSOE no es responsabilidad exclusiva de Pedro Sánchez.

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