Opinión

Alarma entre los genovistas

El 23 de abril de 1922, mi abuela María Vagliani, le envió sus recortes de prensa sobre el origen gallego de Colón, al alcalde de Génova; desatando una especie de guerra de nervios en aquella comunidad. Noticia que, de rechazo, afectó especialmente al Agregado Militar de Italia en Madrid, el ilustre Coronel Marsengo. Personaje al que el 30 de junio de aquel mismo año le fueron remitidos varios trabajos y documentos que "demostraban" la nacionalidad italiana del descubridor del Nuevo Mundo. En una carta que obra en mi poder, fechada tres días más tarde, el alcalde en cuestión felicitaba a mi abuela por su valiosa colaboración.
Cinco años después de aquel intercambio epistolar, esto es en 1927, un miembro del Instituto Histórico de Perú y correspondiente de la Real Academia Española, Don Rómulo Cúneo-Vidal publicó un voluminoso trabajo titulado "Cristóbal Colón Genovés", dedicado "a su excelencia Benito Mussolino". en el capítulo II hace referencia a la teoría gallega, y dice; "La circunstancia de haber dado Colón en  nombre de San Salvador a la primera isla por  él descubierta sobre los linderos del Continente -que en buena ley debió llevar su propio nombre- ha sido invocada por los sostenedores de la tesis de un Colón gallego como una prueba de su similitud. Según ellos, San Salvador sería la repercusión antillana de una feligresía de la provincia de Pontevedra, presente en la mente del descubridor en el momento decisivo y solemne de su vida de marino, de descubridor, y de hombre de corazón, el memorable 12 de octubre de 1492". Pero el historiador se olvida no solo de los otros cien nombres de las costas gallegas impuestos por el célebre navegante en sus cuatro viajes, sino también del idioma que maneja en sus escritos autógrafos indubitables.
"A la primera isla que hallé -dice Colón- puse por nombre San Salvador... Y a la segunda, Santa María de la Concepción... En esta forma conmovedora y sincera, -prosigue Rómulo Cúneo- quedaban honrados María y Jesús, contemplados en el misterio de la Limpia Concepción ¿Qué tuvieron que ver en todo ello -nos preguntamos- Pontevedra y Galicia?". Después de la transcripción parcial  del "Informe" negativo de Oviedo y Arce sobre los documentos pontevedreses, presentado a la Academia Gallega en 1917, concluye el señor Cúneo-Vidal:
"A este vibrante exordio sigue el análisis crítico, gráfico historial y químoco, de veintiún documentos; 16 de ellos prohijados por Don Celso García de la Riega; uno por don Telmo Vigo; cuatro por D.N. San Pedro (sin duda se refería a don Casto Sampedro, Presidente de la Sociedad Geográfica) para llegar a resultados negativos y descorazonar al lector, el cual acaba por preguntarse a sí mosmo, "para cimentar aún más la corriente de simpatía existente entre las dos Naciones Hermanas: Perú e Italia". La extraña coincidencia del año en que se publicó aquél libro (1927), y la proximidad del fallo del célebre concurso promovido por el diario ABC para solventar el problema de la patria de Colón, nos lleva a pensar en la doble intención  del autor de reivindicar el origen genovés del Descubridor, por encargo del Directorio Fascista, y al mismo tiempo desacreditar la tesis gallega.

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