Dentro de unos meses regresará a Vigo el Pergamino Vindel, el más importante con las Cantigas de Martín Códax por cuanto es el único de los pocos existentes donde aparece la música que acompañaba a las tristes palabras en la espera de su amigo. Martín, el primero que puso a Vigo en el mapa, vuelve así a casa 700 años más tarde de su partida y será bienvenido en el Museo del Mar, que es un lugar idóneo por su proximidad a la Ría, aunque el Marco tenía la ventaja de su ubicación céntrica.
No es el único ilustre antecesor que está de vuelta este año. Hoy mismo la arribada a Vigo de la réplica de la nao “Victoria” permite recordar la curiosa historia de uno de los tripulantes del buque original, el primero que dio la vuelta al mundo. Se trataba de un tal Gonzalo de Vigo, así llamado por su origen en la entonces villa gallega del fin del mundo, quien fue doblemente protagonista: como marinero de la circunnavegación y como el primer europeo del que hay noticias que vivió en el Pacífico. Está constatado que Gonzalo de Vigo desertó cuando la “Victoria” navegaba por el inmenso mar y se quedó en una de sus islas, donde fue bien acogido por los nativos polinesios. Su falta era muy grave: deserción, castigada con la muerte, pero el resto de la tripulación no estaba en condiciones de iniciar una búsqueda. Finalmente, la “Victoria” llegó a puerto en España confirmando que era posible dar la vuelta por mar, pero con muy pocos de los marinos que partieron desde Sevilla y con Elcano al frente, ya que Magallanes había muerto asesinado. El propio Elcano, unos años más tarde, volvió al mismo lugar y allí se encontró a un hombre que hablaba castellano con acento gallego. El propio Gonzalo, que pidió ser de nuevo de la tripulación. Perdonado, salvó al buque de un asalto al conocer el idioma de los nativos. Dos vigueses.
