Sin renuncias y generosidad y con imposiciones será imposible que el Área funcione. O que funcione bien. Tampoco será nada sin servicios. Ayer se reunió la junta de gobierno y faltaban seis de los ocho alcaldes, que exigen la integración de Vigo en el transporte como condición sine quae non, como dice la ley. Por este camino sólo habrá bronca, desunión y probablemente conflictos judiciales. Nada que interese. La solución ya se dio hace unos meses cuando se reunieron todos los alcaldes con la idea de no levantarse hasta alcanzar un acuerdo. Hubo uno, el convenio. Si hay otro, también magnífico.
