El tráfico de cruceros mantiene a Vigo como líder desde finales del pasado siglo aunque la competencia no se ha quedado quieta. A Coruña y Oporto, y también ahora Ferrol, han visto el negocio y han puesto en marcha todos sus mecanismos para captar cruceros. En cifras absolutas, hay más barcos atracando tanto en Oporto como en A Coruña, pero no es eso lo que cuenta, sino el número de pasajeros desembarcados. La terminal de Leixoes, en la desembocadura del Duero, no tiene capacidad para recibir buques que superen los 290 metros, lo que excluye todos los gigantes, que acaban recalando en el puerto vigués. En cambio, la ciudad portuguesa se queda con pequeños barcos de pasaje, que alimentan la estadística pero la distorsionan. En los últimos años, Oporto ha mantenido cifras entre 60.000 y 90.000 turistas marítimos. Es posible que crezca en el futuro.
A Coruña le pasa algo similar, si bien puede acoger embarcaciones de gran porte. También puede presumir de tener más escalas que Vigo, pero muchos menos pasajeros, en torno a 150.000 en el mejor de los casos. Vigo sumó algo más de 200.000 en 2015 y para este se esperan uno 185.000, aunque las cifras no se pueden dar por absolutas debido a que las navieras realizan cambios con la campaña ya lanzada. Por ejemplo, en abril arribaron al puerto de Vigo dos cruceros que no estaban previstos.
Para 2017 el panorama puede cambiar, pero probablemente se mantendrá en términos similares. Oporto aspira a llegar a 90.000 pasajeros en 2016 y A Coruña a 140.000, muy lejos de las cifras viguesas. Claro que Oporto y A Coruña disponen de sendos organismos de gestión del turismo que implican al menos a Puerto y Ayuntamiento, muy eficaces. Y en Vigo no hay.
