Opinión

el hospital sin inaugurar

Alberto Núñez Feijóo, en el que quizá sea su error más importante como presidente gallego, todavía no ha pasado oficialmente por el Álvaro Cunqueiro, que ni siquiera ha sido inaugurado, cuando se trata de la mayor inversión de la Xunta. No tiene ningún sentido. En el fondo, viene a ser un reconocimiento implícito de que no su construcción y gestión no fue bien, y por tanto, de darle la razón a la oposición y las plataformas que se movilizaron con contundencia -y enorme éxito al principio, ahora ya no- contra la apertura del complejo. Pero no es así. El hospital vigués es por supuesto el mejor de Galicia, a años luz del Xeral y de cualquier otro centro y buena parte des de sus defectos, lógicos algunos, otros absurdos, han sido superados. 
El Cunqueiro ha tenido encima una lupa de mil aumentos que ha escrutado el más mínimo detalle, fuera cierto o leyenda urbana, un examen que nadie habría superado. Pese a ello, después de casi dos años de actividad se va convirtiendo en parte del paisaje metropolitano. No está lejos ni cerca, porque eso depende del usuario, pero sí en un lugar elegido por la Xunta del bipartito con acierto por sus buenas comunicaciones y disponer de espacio suficiente en su entorno para futuras ampliaciones, si fueran necesarios. Algo parecido sucedió con la Universidad de Vigo, cuyo campus central se instaló en Zamáns, lo que alejó a los estudiantes del centro urbano pero a cambio ofreció unas posibilidades de crecimiento ilimitadas, como se ha podido constatar con el desarrollo de la ciudad tecnológicas y edificios de investigación. Queda por inaugurar el Cunqueiro. Feijóo sabrá.

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