Cartas al director

El populismo contagioso llama a nuestra puerta

Y compromete a una generación cómoda, que poco o casi nada, conoció el sacrificio y las necesidades que sus progenitores vivieron para sobrevivir y poder llegar a triunfar en un mundo muy adverso. Tal vez no supieron, o no quisieron explicárselo, pero mucho menos, el como alcanzar el progreso, con la única ayuda de su trabajo, sacrificios y comportamiento adecuado, esa fue nuestra tarjeta de presentación que exhibimos por el mundo y nos aceptó. Todo lo demás que hoy nos pretenden vender, envuelto en papel de regalo, es populismo demagógico y opresor. Con ello pretenden solucionar los usos y abusos políticos actuales, ello forma parte de ese camuflado engañoso del quítate tu para ponerme yo, que por ahora me toca. Todo ello rodeado de una fantasía populista para confundir la libertad con el libertinaje, opresor y farsante, que pretende que aceptemos sin rechistar.
Es la estrategia del nuevo comunismo disfrazado de socialismo del siglo XXI, para dividir la sociedad entre pobres y ricos, buenos y malos. Ya lo hizo Chávez en Venezuela y allí fueron corriendo los Iglesias, Errejón, Monedero, Torres, Navarro, Bescansa y otros para aportar sus experiencias destructoras universitarias al "proceso" de como expropiar, encarcelar y acallar las voces críticas y discordantes de los estudiantes y la ciudadanía crítica con su deriva ideológica y embaucadora. Son los mismos verdugos que se disfrazan de corderos, que de vuelta a su patria, fundaron Podemos y pretenden que aceptemos como normales los fracasos catastróficos que hoy vive Venezuela, o la situación que hoy afecta a Grecia, donde sus pares ideológicos, Siryza, pretenden ensayar su partitura destructora y mientras todo eso se desarrolla, la madre del invento Cuba, los deja solos ante el peligro, haciendo las paces con el enemigo común, el capitalismo salvaje, o fingiendo de los guerrilleros, de las FARC, contra el legítimo gobierno de Colombia. Los países que hace ya tiempo abandonaron esta farsa o camuflaje, tras la caída del muro de Berlín, al que siguió Rusia, China y otros muchos, cuyo desarrollo económico hoy es un ejemplo para el mundo, contrasta con la actual situación española, que unos niegan, otros tratan de torpedear, pero la realidad es tozuda y se impone. Estamos saliendo del túnel y pretenden devolvernos.
Tal vez la situación que vive España hoy sea propicia para estas aventuras, donde aparecen involucrados los dos grandes partidos, PSOE y PP, cada uno por su cuenta y riesgo, pero con una diferencia abismal, uno aliándose con el enemigo común, tratando de tapar sus vergüenzas, ayudado por algún medio de comunicación y su astucia, para confundir, el otro luchando solo contra viento y marea, pero tampoco fue capaz de cumplir con sus compromisos electorales y hoy vive atrapado entre la naciente recuperación económica y sus contradicciones ideológicas.
Mientras tanto,  el asalto al poder, con su novedoso frente popular, sigue con su estrategia, la última: el cordón sanitario al PP, pretenden con sus alianzas eludir todas sus responsabilidades, e irse de rositas. Tal vez sin querer queriendo se meten en la boca del lobo, los acontecimientos y desbarres que ya empezamos a observar y vivir en ayuntamientos y comunidades, ello asuma hoy como un aviso a navegantes. Mientras la ciudadanía, perpleja y  confundida, espera impaciente una reacción conjunta del PP y PSOE, pidiendo perdón por sus errores, acompañado de una regeneración y reflexión creíble. Quizás encontremos aquí el mejor remedio para atajar este populismo irresponsable y destructor que hoy nos amenaza.
Aquí cabe aquel sabio refrán: Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Viene a mi recuerdo los lamentos escuchados a muchos emigrantes españoles que huían de Cuba, en los años sesenta. Ojalá nunca vivan esta triste realidad, llenos de razones les decíamos: Venezuela no es Cuba, es la cantinela que hoy escucho aquí en España: España no es Venezuela, pero su situación en mucho se parece. Las causas y sus protagonistas son idénticos, el que tenga ojos que vea y oídos que escuche, los lamentos de nuestros emigrantes, hoy atrapados en aquel laberinto comunista de Venezuela.