Tiempos de gloria para Britney Spears

La cantante Britney Spears.
photo_camera La cantante Britney Spears

Esta Marilyn Monroe musical del siglo XXI, aparente títere de la industria y reencarnación de la rubia despistada de personalidad quebradiza que invita a la sobreprotección, sale de su descenso a los infiernos con un nuevo disco, "Glory"

A sus 34 años Britney Spears puede decir ya que la mitad de su vida la ha disfrutado entre laureles, ungida como la "princesa del pop", título que no parece dispuesta a perder habida cuenta del momento, uno de los mejores de su carrera, y de su nuevo álbum, "Glory", quizás el más sofisticado de sus trabajos.
Llega cuando más urgente parecía la necesidad de un álbum que la resarciera, si no comercialmente, al menos en cuestión de credibilidad del resbalón que supuso el previo "Britney Jean" (2013) y del permanente acoso a su posición, en un género muy fugaz que no deja de alumbrar, encumbrar y derribar divas. Tras aquel disco fallido, Spears inició una residencia en Las Vegas con el espectáculo "Piece of Me", que, según medios locales y a pesar de que su querencia por el "playback", habría impulsado los beneficios anuales de la cadena hotelera que lo alberga hasta los 20 millones de dólares (18 millones de euros). Fichó por dos años y finalmente serán tres los que allí complete.
Esta Marilyn Monroe musical del siglo XXI, aparente títere de la industria y reencarnación de la rubia despistada de personalidad quebradiza que invita a la sobreprotección, fraguó su trilogía dorada con los álbumes "Blackout" (2007), "Circus" (2008) y "Femme Fatale" (2011), los que coincidieron con ese descenso a los infiernos y posterior rehabilitación. En "Glory" podría haber encontrado una horma a la medida de esos discos, incluso superior a juicio de los especialistas, que le han otorgado un notable alto y que han destacado que este es un álbum que retoma el buen camino y que se disfruta en su conjunto.

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