El Celta se aúpa al liderato tras golear al Rayo en un partido que jugó en superioridad numérica desde el minuto 8
La temporada 2015/2016 ha amanecido con el cielo teñido siempre de celeste. Como llevándole la contraria al clásico de Siniestro Total "Miña terra galega", cantado en los prolegómenos del encuentro de ayer por el ex de la banda Miguel Costas y que reza aquello de que en Galicia "el cielo es siempre gris". Los partidos no tardan en ponerse de cara para el Celta. La historia de la primera jornada contra el Levante se repitió anoche frente al Rayo. El portero Toño fue expulsado a los 8 minutos por cometer sobre Wass un penalti que Nolito se encargó de transformar en el 1-0. A partir de ahí, el equipo vigués jugó con la tranquilidad que otorga tener ventaja en el marcador ante un Rayo tan valiente como inofensivo. En la segunda parte, de nuevo el partido se allanó para el Celta a las primeras de cambio, con otro gol de Nolito en una jugada en la que los rechaces siempre favorecieron a los celestes. Fontás completó la goleada a tres minutos del final en una acción de estrategia en la que Nolito, otra vez Nolito, ejerció de asistente. Así ha comenzado la temporada para el Celta, con el cielo siempre teñido de celeste, pese a la nocturnidad a la que la Liga nos tiene acostumbrados. Ya es lo de menos. Seis puntos de seis posibles. Y el Celta es líder.
El conjunto vigués se está acostumbrando a jugar contra diez. En el partido de la primera jornada contra el Levante, Simao Mate vio la roja directa a los cuatro minutos; ayer, el portero del Rayo Toño fue expulsado en el minuto 8 tras cometer penalti sobre Wass. Nolito engañó al recién salido Juan Carlos y el Celta se vio con un hombre más y por delante en el marcador en los albores de la contienda.
Por delante, 80 minutos que de inicio no resultarían sencillos para los pupilos del 'Toto' Berizzo, como tampoco lo fueron ante el Levante. Con connotaciones diferentes, en todo caso. Porque la ventaja en el electrónico otorgó un punto (o dos) de tranquilidad a los celestes y porque el Rayo no se encerró como lo hicieron los valencianos. Paco Jémez sacrificó a un hombre de ataque –Bebé– para dar entrada a su portero suplente, pero adelantó muchos metros la línea de su defensa para que el partido se jugase en el centro del campo y no en las inmediaciones del área vallecana.
Al Celta le costó superar la doble barrera del Rayo, que pasó a jugar con un 4-4-1 con Manucho –al que un enorme Cabral ganó siempre la batalla– como referencia ofensiva. Lo hizo cuando supo ganarle la espalda a la defensa de los madrileños por medio de Wass, Orellana –muy entonado– o Nolito, autor a los 19 minutos del segundo disparo a portería del Celta (el primero fue el penalti que supuso el 1-0). Pero falló el rematador. Iago Aspas pudo marcar el 2-0 en dos ocasiones, en ambos casos tras asistencia del gaditano, pero Juan Carlos se cruzó en su camino con sendas paradas. Antes, un mal control había impedido al moañés plantarse solo ante el portero rayista tras un buen pase de Wass.
Mientras tanto, el infortunio se cebaba con el Rayo. A los 23 minutos, Ze Castro abandonaba el terreno de juego lesionado y Amaya ocupaba su lugar. Con casi 70 minutos por delante, a Paco Jémez sólo le quedaba un cambio por hacer para darle la vuelta a un partido que su equipo perdía jugando en inferioridad numérica. El encuentro parecía rodado para el Celta, sobre todo teniendo en cuenta que el Rayo no había rematado ni una sola vez a portería, pero el descanso llegó con un 1-0 que lo dejaba todo en el aire.
Poco duró la incertidumbre. La segunda parte también comenzó de cara para el Celta. El cielo, negro chamizo para el Rayo, lucía celeste para los vigueses. A los cuatro minutos de la reanudación, el 'Tucu' Hernández robó un balón en la línea de tres cuartos, los rebotes favorecieron al Celta y el balón cayó a la banda izquierda. Allí apareció Nolito para recoger el cuero, internarse en el área y soltar un zapatazo que golpeó en Amaya lo justo para superar a un Juan Carlos tendido ya sobre el lado equivocado. El 2-0 aclaraba la noche.
El segundo gol del Celta tumbó al Rayo de manera definitiva. Lo intentaron los pupilos de Jémez con alguna internada sin rumbo de Lass y Trashorras puso una pizca de emoción con un remate sobre la hora de partido que se marchó desviado. Pero el partido ya era del Celta. El carrusel de cambios (los tres de Berizzo y el que le quedaba a Jémez) poco o nada cambió. Juan Carlos evitó un tanto de Orellana con una magnífica intervención, pero el equipo vigués acabaría ampliando su ventaja por medio de Fontás, quien se estrenó como goleador en su partido oficial número 73 con el Celta al rematar un balón raso al corazón del área servido por Nolito en una acción de estrategia.
Nolito, Iago Aspas, Fontás y Planas celebran el tercer gol del Celta, obra del central, en el partido de anoche contra el Rayo Vallecano.
Celta:
Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny (Planas, min. 69); Augusto Fernández, Wass (Radoja, min. 84), Pablo Hernández (Guidetti, min. 77); Orellana, Iago Aspas, Nolito.
Rayo Vallecano:
Toño; Quini, Llorente, Zé Castro (Amaya, min. 23), Nacho; Raúl Baena, Trashorras; Lass, Ebert, Bebé (Juan Carlos, min. 9); Manucho (Miku, min. 71).
Goles:
1-0, min. 10: Nolito, de penalti; 2-0, min. 49: Nolito; 3-0, min. 87: Fontás.
Árbitro:
Martínez Munuera (valenciano). Expulsó con roja directa al portero del Rayo Toño (min. 8). Amonestó con tarjeta amarilla a Augusto Fernández, Jonny, Manucho y Trashorras.
Incidencias:
Partido correspondiente a la segunda jornada de liga en Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 17.306 espectadores, según datos ofrecidos por el Celta.
