METEOROLOGÍA
Una masa de aire frío y nevadas reciben el invierno
La quinta edición de Reciclaxe sustituyó las copas nocturnas de los bares de la zona por mercadillos de ropa, exposiciones de arte, música y tapas de comida a lo largo de toda la jornada de ayer
Numerosas personas se acercaron a lo largo de toda la jornada hasta los locales de Churruca para perderse entre sus puestos de ropa de segunda mano y de todos los estilos, moda de diseñadores emergentes, bisutería, libros a 1 euro, discos de vinilo e incluso muebles. De hecho, para esta edición se apuntaron más de 120 vendedores, muchos de los cuales quisieron aprovechar la oportunidad de deshacerse de objetos y prendas que ya no utilizaban y sacar al mismo tiempo unos euros.
Entre las cosas de segunda mano, los visitantes también pudieron hacerse con artículos nuevos realizados a mano e incluso ropa de diseño, aunque había que distinguirlas entre la penunbra de los locales, más acostumbrados a las luces nocturnas que al sol.
Entre las curiosidades, monederos realizados con casetes de música, libretas ecológicas y bordados personalizados con la silueta del comprador que competían con infinitas variedades de diademas, pendientes, vestidos, camisetas y ropa en general para chicos, chicas en su mayoría y niños.
Junto a los mercadillos, también tenían su espacio exposiciones de arte de más de una docena de artistas y los más presumidos podían hacerse una foto en el photocall y dejar un mensaje a la organización del evento, que cada vez atrae a más público y participantes.
Y es que lo que más llamaba la atención a los asistentes era el entrar en locales habitualmente restringidos al horario nocturno. Así, aunque algunos pocos se resistían a abandonar la barra, la mayoría se dedicaban a curiosear en los mercadillos y muchos niños entraban y salían de locales tan emblemáticos como Blackball, Mogambo antes La Bola de Cristal, Bizarre, El Gato Negro o La Casa de Arriba. De hecho, los más pequeños contaban con su propio espacio en el Miniplay, con un taller para niños.
Se nos acabaron los callos, se ñalaban al mediodía desde La Fábrica de Chocolate, transformada en una popular cantina donde se podían degustar tapas de fabada, callos, bocatas de jamón asado y brownies de postre. Mientras tanto, también de la Casa de Arriba salían paellas, ensaladas de pasta y gazpachos. El Golem sirvió sushi, La Reserva nécoras y mejillones y en La Fiesta de los Maniquíes se ofrecían menús para celíacos y para vegetarianos.
pasacalles y comida Minutos antes, una Xouba gigante hizo las delicias de los más pequeños durante el pasacalles, que estuvo amenizado por el grupo de gaiteiros Os curunchos, a los que más tarde se les podía ver por Irmandiños tomando unos aperitivos ya que pocos se resistían al olor a comida que salía de los locales de esta calle, de Martín Codax, Rogelio Abalde y Churruca, donde las mesas y los taburetes incluso algún sofásalieron a la calle en improvisadas terrazas en las que degustar unas cervezas, algún que otro mojito y unos pinchos.
A primera hora de la tarde, la música en directo sustituyó a los pinchadiscos en algunos de los locales con las actuaciones de I am a man, La familia, You dog!!,Cloves, Los septiembre y, por último, Hedonistas, que cerraron la sesión a las nueve de la noche.
A esa hora, el Festival Metamovida tomó el relevo en el Mondo Club y a las once de la noche los mercadillos, las exposiciones y las tapas eran tan sólo un recuerdo en Churruca, que volvió, como cada noche de sábado, a su rutina.
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