“Olimpia Valencia, primera ginecóloga gallega, era un buen nombre para el nuevo hospital de Vigo”

“Olimpia Valencia. Ocho décadas de historia desde los ojos de una pionera”, editado por el Instituto de Estudios Vigueses, llegará a las librerías esta semana y tendrá una doble presentación: el martes 18 de este mes en Casa del Libro y el 5 de julio en Centro de Investigaciones Biomédicas (Cinbio), cuya directora, África González, firma el prólogo. Ya en capilla, Fuentes explica qué le motivó a aventurarse en este proyecto.

Se cumplen cien años del ingreso de Olimpia Valencia en la facultad de Medicina, ¿fue el detonante para escribir este libro?

Es un proyecto al que le llevo dando vueltas hace muchos años. Olimpia Valencia era prima de mi abuela y siempre estuvo presente en mi familia. Creo que ahora era el momento.

Se une a los reconocimientos que ya se han hecho a Olimpia Valencia, sin embargo sigue sin calar en la memoria colectiva. ¿Por qué?

El componente fundamental es que es una mujer. La dictadura las eliminó del mapa, pero es impensable que se pueda construir la historia sin su aportación y la de otras mujeres como ella. Se le han hecho reconocimientos en su pueblo y en Vigo, donde tiene una placa y una calle, aunque no está en el centro. Pero Olimpia Valencia, como primera ginecóloga, también era un buen nombre para el hospital de Vigo.

Tras su investigación, ¿cambió la imagen que tenía de Valencia por sus referencias familiares?

He descubierto que fue mucho más relevante de lo que creía. En la familia siempre fue valorada como un ejemplo a seguir por su trayectoria profesional y sus inquietudes culturales, pero no sabía que realmente marcó una época y que se relacionó con personas muy importantes de la historia de Galicia.

¿Cómo era en las distancias cortas?

Cuando murió yo era muy joven, pero la recuerdo como una mujer a la que le gustaba conversar, aprender y hacer preguntas. Era muy curiosa.

En sus declaraciones públicas parece una mujer prudente, nada polémica, pero sus actos marcan hitos ¿Son compatibles ambas?

Sus actos hablan por ella. También mostró públicamente su compromiso muchas veces. Era una época difícil para la mujeres, llegó a la Universidad en 1919, solo unos años después de que se permitiese el acceso a las mujeres con el Decreto Romanones. El mundo aún no estaba preparado para lo que quería.

Su simpatía por el Partido Galeguista la llevó a pasar por calabozo tras el levantamiento militar, ¿cómo le marcó ese hecho?

Le afectó mucho. Hasta entonces había referencias habituales a ella en la prensa, a partir de 1937 desapareció. Se encerró en su trabajo, que le apasionaba. A Mª Carmen Pérez Pais, que fue su primera biógrafa, le confiesa que evita ir al cine, los años en que había que alzar la mano.

¿La considera una feminista?

Sí, aunque creo que ella hubiera dicho que no. Era un momento complicado en que el feminismo en Galicia se estaba fraguando. Había mujeres que tomaban ciertas iniciativas pensando que era lo justo.

¿Y el padre sí es feminista? Ella cuenta como la animó y la apoyó a ingresar en Medicina.

Fue un hombre diferente a los de su tiempo. Sabía que su hija era inteligente y que podía aportar algo a la sociedad. Los primeros días en la Universidad la acompañó para arroparla. Murió muy joven, en 1933. Realmente en la Segunda República las mujeres experimentaron un gran avance en España que desapareció tras la Guerra Civil.