Nigrán devuelve a siete lavaderos su esplendor original

Los trabajos comenzaron hace tres meses en las parroquias de Camos, Parada, Priegue y Panxón, preparan un nuevo plan con otros 9

PFE.

Publicado: 09 abr 2022 - 23:51 Actualizado: 10 abr 2022 - 01:34

Restauración casi finalizada del lavadero de Suapena, entre Camos y Chandebrito.
Restauración casi finalizada del lavadero de Suapena, entre Camos y Chandebrito.

Los trabajos de recuperación de siete lavaderos públicos en las parroquias de Camos, Parada, Panxón y Priegue en Nigrán se encuentran en su fase final y en pocos días estos puntos reunión que antaño fueron el escenario de largas conversaciones jabón en mano, volverán a lucir fieles a su arquitectura original con una inversión superior a 120.000 euros procedentes del Plan Concellos. El gobierno se tomó muy en serio la recuperación de estos elementos que por el municipio se pueden contar por docenas, y los trabajos de restauración se encuentan en su recta final. Tras eliminar todos los añadidos propios del feismo funcional, los operarios de la empresa Cal y Canto están con los suelos y cubiertas mientras que desde el consistorio trabajan en un nuevo plan que devolverá a su estado original otros nueve. Por el momento los técnicos encargados están con la redacción del proyecto que saldrá adelante lo antes posible.

En este tipo de edificaciones, las relaciones sociales, con leyendas y habladurías incluidas podrían equipararse a las redes sociales del momento y en ellos se ‘parieron’ numerosos dichos populares. Fueron testigos de la evolución de los tiempos que al mismo tiempo los fue dejando en un segundo plano. Lo que antes era un completo hervidero hoy son sinónimo de una tradición cultural y patrimonial protegida por las instituciones que blindan cualquier intervención que pueda alterarlos. Precisamente, los de A Cruz, Suapena, Rial, Cabaleiro, Mestra Emérita, Alborés Pequeno y San Xoan tardaron tres años en obtener el visto bueno de Patrimonio y en la actualidad su uso es testimonial, son más bien un monumento que un elemento práctico.

Las intervenciones diseñadas por el arquitecto nigranés Severo Fernández se centraron en la eliminación de las sucesivas modificaciones a las que fueron sometidas, con materiales que desvirtúan su esencia como cemento u hormigón y por medio de técnicas que resulten lo menos intrusivas posible. Unos elementos que se fueron incluyendo a medida que necesitaban ‘mejoras’ desde la década de los 60 y que ya fueron retiradas. Ahora las intervenciones están en su última fase y rematando la nuevas estructuras acordes con su tipología y cubiertas a dos aguas de teja curva sobre listones y pilares de madera. Los que contaban con muretes o plaquetas construidas en años posteriores se sustituyeron por otras de granito y a todos se les instalarán de puntos de luz.

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