Me dice Gorecho que no está nada seguro de la capacidad colectiva de los gallegos y siempre se queja de que por fas o por nefas soñamos con una Galicia espléndida para nativos y amantes foráneos que unas veces pasan por momentos críticos de revalorización ciudadana y otras, por un quítame allá esas pajas, las fuerzas vivas se paran y ¡hasta que nos dé otra vez por el crecimiento!
Ahora no sabemos en que trance estamos pero el pueblo espera con anhelo que será cosa de poco, Gore. (Y le digo que de nuevo estaremos en la creación y en la paz ciudadana, pronto.)
Esto viene a cuento porque él, que siempre adoró a Redondela en lo físico y en lo espiritual, paisajes, festejos, actividades recreativas y culturales, que todo esto, y más, ligan nuestro convecinos redondelanos- hoy, Gorecho, se ha puesto más contento porque hoy llegó a su mesa, -que a veces me presta- el boletín SEREN, revista oficial del Seminario de Estudios Redondelanos que desde el año 2003 vienen editando bajo la presidencia de D. José A. Orge Quinteiro, sabio erudito e inquieto investigador de todos los aspectos culturales de la villa de los viaductos.
Y quiero, con fervor afectuoso, dar los nombres de quienes colaboran en SEREN felicitándolos por su constante afán de servicio a Redondela.
Dolores Míguez, J. A. Orge Quinteiro, Miguel A. Gil, Miguel López, Carlos Antuña, J. M. González Fdez., Xaime Illa Couto, Telmo Crespo, Xoán Lueiro,
Raimundo Cal, Rosa Mª González, Isaac Díaz Pardo, Ernesto Iglesias, Avelino Bouzón, Xosé Martínez, Xosé Mª Sánchez, Francisco Fernández del Riego, Rafael Mª Rodríguez, María Elena Novas, Paulo Jablonski, Alfonso Paz Andrade, José Couñago, María Iglesias, Amado Ricón Virulegio, José R. Iglesias Veiga, Manuel Bouzas, Isaac Borja Araujo, María del Carmen San José, Jose A. Xesteira y... espero no haber olvidado a ninguno/a, amén, Gorecho.
Pensando en lo que me dijo Gore, al inicio de este escrito, me veo obligado, por su buen decir a copiar un parrafito del limiar que escribió para este número de SEREN, Alfonso Paz andrade.Temos que recosntruir o sentimento enteiro e versadeiro, histórico e moderno da nosa terra Galiza. E asi será.
