Opinión

Una voz sin grupo y viceversa

Supertramp es un grupo sin voz. Roger Hodgson, una voz sin grupo. No lo necesita. Desde que hace ya muchos años -tantos como 34- abandonó a sus compañeros, su trayectoria se ha convertido en la repetición sin fin de sus viejos éxitos con la banda, que mientras tanto ha ido dando tumbos sin encontrar su camino. Supertramp estuvo en Vigo hace ya 20 años, sin Hodgson, y no era lo mismo pese al intento del resto por agradar. Roger pasó por Castrelos hace algún tiempo y poco después por las murallas de Valença y ahí sí que estaba la voz inconfundible, las canciones de siempre y en definitiva, la esencia. 
En un primer momento, tras su huida por desavenencias estéticas y personales, Hodgson parece que se planteó una carrera en solitario con nuevas ideas y canciones, como en su momento hizo Peter Gabriel al abandonar Genesis, también en pleno éxito. Y ahí terminan las comparaciones. Porque Gabriel triunfó a lo grande con su nuevo material y nunca más volvió a tocar sus viejas -y excepcionales- canciones, mientras que Genesis rehizo su camino con un éxito aún mayor. Pero Roger editó algunos discos que pasaron sin trascendencia así que volvió por donde había venido. Y le ha ido muy bien.  A Supertramp en cambio no.
Escuchando a RH uno se pregunta para qué dejó a sus compañeros. Eso sí, Supertramp suena en él mejor que nunca. 

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