Jacinto Lareo, un abogado de modales y educación exquisitos, es el impulsor de lo que él mismo califica con acierto de “Reconquista administrativa”, que iría más allá de la fiesta que se celebra estos días, complementándola y dándole otro contenido de mayor trascendencia. Sostiene Lareo que si bien Vigo logró con la Reconquista pasar de villa a ciudad, no mucho después fue convertida también en capital, condición que perdió porque los políticos de Pontevedra eran -creo que todavía lo son ahora- mucho más finos a la hora de defender sus intereses. Se puede constatar con el eterno Miguel Anxo Fernández Lores, que ha conseguido que a los votantes les pase desapercibido que es del BNG y eso es un mérito. Y así, 24 años y lo que haga falta.
Vigo entró en un pleito con Pontevedra con una guerra por el medio y la recuperación de la capitalidad, pero finalmente la perdió gracias a las maniobras dilatorias de los políticos del Lérez, que lograron que el asunto quedara pendiente de una decisión definitiva que nunca llegó. Así están las cosas. Es cierto que en los últimos años la primera ciudad gallega ha ido consiguiendo parte de lo que significa la cabecera de una provincia en servicios administrativos y dotaciones judiciales, aunque no todo. Para Pontevedra, la capital es su esencia y nunca va a renunciar a ella, como es lógico y natural. Así que el camino tendría que ser otro. El más sencillo, manteniendo la cabeza en la Boa Vila siempre que la provincia lleve otro nombre, como en el caso de La Rioja con Logroño o Álava con Vitoria. Incluso en Murcia su presidente ha propuesto crear la provincia de Cartagena para dividir en dos la región, lo que sería muy bien acogido en la ciudad departamental, donde se encuentra el Parlamento murciano, entre otras cosas. Para empezar, estaría bien colocar una placa ante el edificio donde estuvo la sede de la Provincia de Vigo, en la Rúa Real, y organizar un acto anual de Reconquista administrativa.
