Opinión

No, Abascal no será vicepresidente con Feijóo

En toda campaña, las 'fake news', o, si usted quiere, las mentiras más descaradas, corren como la pólvora, buscando desgastar al enemigo, porque esto a veces parece más una guerra que una competición política. Los acuerdos autonómicos y municipales entre el Partido Popular y Vox han hecho aventar la especie de que, tras las elecciones de dentro de un mes, en función de cuánto necesiten los 'populares' a la fuerza situada a su derecha para obtener una mayoría de investidura, el partido de Santiago Abascal podría exigir una vicepresencia del Gobierno para este. Estos rumores se lanzan desde dos bandas: la socialista, que busca presentar a Núñez Feijóo como futuro rehén de la ultraderecha, y la del propio partido de Abascal, que trata de mostrar a sus posibles votantes que será imprescindible a la hora de la gobernación futura.

Todo ello, claro, suponiendo que, como prevé el último sondeo del CIS, Pedro Sánchez no acabe ganando para la izquierda unas elecciones que, hoy por hoy, tiene muy comprometidas: la verdad es que José Félix Tezanos se queda muy solo en sus predicciones. La abrumadora mayoría de los sondeos que conozco, los publicados y los que manejan secretamente los partidos, dicen que el PP ganará y gobernará con la ayuda de Vox, logrando una bastante cómoda mayoría absoluta. Y es aquí donde comienzan las especulaciones sobre la vicepresidencia para Abascal.

Hay que reconocer que, hasta ahora, y salvando exabruptos como el del 'número dos' valenciano, que, contra los datos y la evidencia, negó la existencia de violencia de género, en los cuarteles de Vox da la sensación de que se ha decretado una dosis de 'prudencia, prudencia, prudencia'. Nada de 'pasadas verbales', pocos excesos y aún menos altanería en el júbilo por participar en el gobierno de varios ayuntamientos importantes y limitar las estridencias programáticas al máximo posible. El antieuropeísmo, el antiautonomismo, cualquier ramalazo de antifeminismo, quedan vetados, al menos por ahora. Lo mismo que se tasca el freno a la hora de delinear futuras exigencias: al margen del lanzamiento de rumores por los aires de las redes, ningún dirigente de Vox ha querido entrar públicamente, por ahora, en la hipótesis de 'Abascal for vicepresident'. Saben que eso enconaría mucho las cosas con los 'populares' y lo que Vox necesita ahora es ocupar las parcelas de poder que le permita el PP.

Y en el PP, donde nadie quiere comentar que no se haya respetado el compromiso de 'solo gobernar siendo el más votado', te dicen que de 'Abascal vicepresidente del Gobierno, nada de nada'. Incluso, aseguran que no habrá ministros de Vox en el Gobierno de Feijóo, si es que logra formarlo: el ejemplo del Gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez debería servir de aviso disuasorio para formar otros Ejecutivos con extraños compañeros de cama. Otra cosa serán las distintas contrapartidas que pudiera obtener Vox, y ya hay quien habla hasta de la presidencia del Congreso, pero eso "ya se verá en su momento", dice una fuente influyente del PP. Que, por cierto, añade: "En todo caso, hemos de acostumbrarnos a la presencia de Vox en sillones de peso, nos guste o no". Y lo cierto es que la 'derecha de la derecha', si no queremos llamarla ultraderecha, avanza posiciones, "y eso es algo que dan las urnas, no el PP", concluye mi fuente.

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