Opinión

Semana de la amnistía

Del "que te vote Chapote" al "Puigdemont, a prisión", gritaron los seguidores del Partido Popular en Madrid este domingo (¡banderas de España a cincop euros, tres por el precio de dos¡), como ritual telonero de lo que muchos medios coinciden en llamar "Semana de la amnistía".

Me apropio del título con el que dichos medios están coronando las piezas informativas de la jornada, en su doble resonancia nacional y europea. Pedro Sánchez se la juega y el PP va con todo. Pero el partido no va a terminar aquí, ni mucho menos.

Hablemos, pues, de una semana más en la tensión política por cuenta de los apremios de Núñez Feijóo, que necesita puntuar en el marcador de su propia supervivencia como alternativa de poder. Y en el caso de Sánchez, también por cuenta de las exigencias del independentismo a un PSOE irreconocible en su tendencia a desmentirse a sí mismo.
Por distintas razones, ambos esperan salir airosos en la europeización del debate sobre la amnistía a los líderes de la fallida intentona secesionista de octubre de 2017. Feijóo aterriza al día siguiente en Bruselas, el miércoles 31 por la noche, víspera de la cumbre del PPE (Partido Popular Europeo), donde el líder del PP se dispone a denunciar supuesta incompatibilidad de la ley de amnistía con la legalidad española y europea. Un asunto que puede salir ese mismo día, en la reunión del Consejo Europeo al que asistirá el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Después de la masiva concentración convocada por el PP en Madrid, el Congreso vota este martes el dictamen de la proposición de ley concertada por socialistas e independentistas. Y todo ello, en vísperas de que Bruselas apadrine el acercamiento PSOE-PP para renovar el CGPJ (el representante del PP, González Pons, amontonará amnistía con renovación del órgano de gobierno de los jueces). Y, en fin, también en vísperas de que la UE haga la prueba del algodón a la democracia española.

Las corrientes de fondo siguen siendo borrascosas. Ya no pueden serlo más. Crece la absurda y autodestructiva tensión entre los tres poderes del Estado teóricamente comprometidos con la defensa del bien común, el Gobierno desborda continuamente sus propias rayas rojas y los costaleros de Junts, de los que depende la continuidad de Sánchez en el poder, redoblan con nuevas ideas luminosas su esfuerzo por lograr que la venidera ley de amnistía incluya a cualquier tipo de terrorismo, el "bueno"(amnistiable en el texto actual) y el "malo" (no amnistiable en el texto actual).

Distintas voces del Gobierno se han escuchado asegurando que hasta aquí hemos llegado en los retoques del texto. Y que no pasará por el último intento de Junts para eliminar la palabra "terrorismo" de la ley. Pero, a estas alturas de la película, sería temerario asegurar que no estamos ante una nueva claudicación del PSOE.

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