Opinión

Muchas luces y alguna que otra sombra en la ciudad de Vigo

Un año más las luces de Vigo están suponiendo un punto de atracción de turistas por la Navidad. Esta semana pasada volví a recorrer la ciudad en la que nací y donde cursé mis estudios universitarios y pude comprobar, en primera persona, el fuerte dinamismo que se ha instalado durante estas fechas desde hace muchos años.

Y la verdad no son las únicas luces que brillan en la ciudad olívica, puesto que desde siempre Vigo ha sido un referente como motor económico, no solo de la comarca o la provincia, sino en toda la Comunidad Autónoma. Se podría decir que Vigo es una de las pocas islas en materia demográfica en Galicia. Sus tasas brutas de natalidad (5,83 por 1.000) y mortalidad (9,91 por 1.000) son mejores que la media provincial en 2021 (5,78 y 10,45 por 1.000) y su índice de envejecimiento es también inferior (137,2 frente al 140,7) en 2022.

La renta disponible bruta por habitante en Vigo ascendía en 2020 a los 17.343 euros, algo más de 2.000 euros por encima de la media provincial; lo mismo sucede con el Producto Interior Bruto por habitante que era de 27.017 euros frente a los 21.016 de media provincial. El rendimiento medio del IRPF en 2021 fue de 21.214 frente a los 18.479 euros de media provincial. Como se puede comprobar Vigo ocupa una posición aventajada en la mayor parte de los indicadores económicos, sociales y demográficos más utilizados.

Incluso comparando Vigo con la segunda ciudad con más población de Galicia, en no pocos indicadores la balanza suele caer del lado de la ciudad olívica. Así, la tasa bruta de natalidad en A Coruña (6,12 por 1.000) resulta inferior a la obtenida en Vigo y la tasa de mortalidad (11,31 por 1.000) es superior. En el índice de envejecimiento, A Coruña presenta un indicador superior (152,8). En cuanto al número de empresas, en Vigo había en 2021 algo más de 23.700, mientras que en A Coruña no llegaban a las 21.000. A nivel local en 2018 ya no existía deuda pública en la ciudad de Vigo cuando en 2012 se debía 46 millones de euros. Como se puede comprobar bastantes luces en una de las ciudades referentes para la economía gallega.

Sin embargo, hay alguna sombra que merece ser destacada. Uno de los principales problemas de la ciudad es el precio de la vivienda. A poco que se analice los resultados de los principales portales inmobiliarios se puede comprobar que vivir en Vigo, bien como propietario, bien como inquilino, no resulta barato.  

El pasado mes de noviembre el precio medio de venta por metro cuadrado en Vigo era superior a los 2.100 euros, recogiendo un aumento de 246 euros por metro cuadrado desde noviembre de 2020. Un sencillo ejemplo nos permite comprobar la importancia de este aumento. Un piso de 80 metros cuadrados pasaría a costar de media unos 168.000 euros en 2023 frente a los 148.320 en 2022, desde luego un incremento que muy pocas personas se pueden permitir. Repitiendo este ejercicio para un piso alquilado, y considerando la evolución del precio por metro cuadrado de la vivienda en alquiler, el incremento superaría los 900 euros anuales.

En resumen, muchas luces -de todo tipo y no solo económicas- y alguna que otra sombra que merecería un análisis y la introducción de medidas para mejorar la actual oferta de vivienda en Vigo. 

Te puede interesar