Montañero con apellido de montaña
Alpinismo
El veterano montañero Sebastián Álvaro presentó su libro “más íntimo” en Vigo y enfatizó los “beneficios físicos y mentales” que tiene el ejercicio en los espacios naturales
Ayer estuvo en la Casa do Deporte de Vigo, presentando su trigésimo quinto libro, Sebastián Álvaro Lomba. Escribir su nombre completo no es un matiz menor. Porque su segundo apellido denota una relación cercana con Galicia -una parte de su familia es del concejo asturiano de Tineo, próximo a la frontera- y, sobre todo, le otorga una condición de predestinado a una vida dedicada a alcanzar cumbres. “Es cojonudo que alguien como yo tenga un apellido que significa montaña. Aunque sea una pequeña”, bromea el veterano aventurero madrileño de 74 años, con perfecto conocimiento sobre sus orígenes y el idioma gallego.
El martes estuvo en A Coruña. Ayer, en Vigo. ‘Mis montañas: una vida al filo de lo imposible’ tiene la culpa. “Es mi libro más íntimo, subjetivo y apasionado”, desvela, con la pasión intacta y décadas y décadas de conocimiento acumulado. Por eso, no tiene atisbo de duda cuando se le pregunta por su montaña favorita en Galicia. “Hombre, me la dejas botando para que empuje a gol”, responde entre risas. “Pena Trevinca. Sin duda. Sobre todo, porque la subí con amigos”, sentencia el director del mítico programa ‘Al filo de lo imposible’.
El pico gallego más alto se cuela entre cumbres míticas de más de 8.000 metros y otras que, por el motivo que sea, han dejado profunda huella en Sebastián Álvaro. Peña Lara, en el Guadarrama, es una de ellas. “Empecé allí en este mundillo y sigue siendo mi hogar”, proclama el experto aventurero, que desvela una montaña desconocida, pero realmente especial para él. “El Uweinat está en la confluencia de las fronteras entre Egipto, Libia y Sudán. Es un monte que amo porque viví allí una historia de preciosa solidaridad entre montañeros”, sugiere.
Pero si algo tiene el montañismo que lo hace realmente especial es la posibilidad de disfrutarlo a cualquier nivel. Poder salir a caminar por el monte, respirar aire puro, pisar suelo blando y disfrutar de la naturaleza tiene un efecto reparador que Álvaro insiste en resaltar. “Cuando tengo algún problema, agarro mi mochila, me calzo las botas y me voy a caminar por la montaña que haya a mano”, resume el aventurero. No hay duda, invertir en el montañismo y el senderismo es invertir en salud mental. “Es una evidencia científica que caminar por un espacio natural haciendo el mismo ejercicio que en un gimnasio tiene unos beneficios físicos y mentales muy superiores”, proclama el madrileño, que lo ejemplifica en una experiencia propia. “Me he involucrado en un proyecto que hicimos hace pocos años para luchar contra el estigma de la enfermedad mental. Con cinco personas que sufrían esquizofrenia los subimos al Naranjo de Bulnes y al Pirinero con efectos muy positivos”, concluye Sebatián, feliz por contar con “8.5 millones de senderistas” en España. “Deberíamos alegrarnos de que tanta gente haya descubierto todo lo bueno que trae”, remata el montañero con apellido de montaña.
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