Cartas al director

TIEMPOS DE RESISTENCIA

Cada tiempo tiene “su utopía” decía Paco Fernández Buey profesor en la Universidad Pompèu Fabra de Barcelona intentando animar a los estudiantes a resistir las andanadas  del nacionalismo catalán excluyente y de los nuevos artilugios explotadores del capital. El sistema tiene como objetivo vertebrador la cosificación de los hombres y de las mujeres y al mismo tiempo dejar un espacio “libre” para aumentar la productividad. Tener conciencia de la cosificación, aunque sea en un marco utópico, es fundamental para saber resistir a las andanadas destructivas del capital.
       El sustrato de la crítica del sistema se vuelve cada vez más frágil y precario. La producción intelectual, tampoco está a salvo de las tendencias integradoras que están expandiéndose. En vista de las experiencias más atroces del franquismo sus fundamentos ideológicos no han dejado de ganar terreno. Lo que nos parecía desterrado se hace presente con fuerza. Son una manifestación de la cosificación y de la explotación de las personas. Se podría decir, que en la constitución social actual, la sociedad líquida, las personas resistentes se mueven por ideología, porque nada depende ya de hecho de ellas, y porque sentirse en general como sujeto tiene ya algo de mera apariencia. Sin embargo, es el potencial, el único, por el que puede transformarse esta sociedad. En él se acumula toda la negatividad del sistema, y al mismo tiempo, también es aquella que va más allá del sistema.
        Ese potencial transformador mediante la crítica no puede llevarnos a ignorar que los miembros de esta sociedad, son sujetos construidos para dar satisfacción a las “necesidades” de este sistema, no siempre coincidentes con las necesidades de la personas. De ahí la necesidad de salirse del sistema para tomar conciencia de sus potencialidades y con ellas crear sus utopías. El potencial de resistencia pasa por enlazar  el sujeto individual, con las heridas y cicatrices que ha inflingido el proceso de socialización. Ese sujeto herido y venido a menos frente al engreimiento de los “otros” que con falacias torticeras formando un todo en apariencia compacto es el que ofrece garantías para abrir brechas en el sistema.
        No es una casualidad el que el sistema estime como algo  fundamental la destrucción del sujeto pensante como paso previo para instalarse de forma definitiva en la sociedad y crearla a su medida, pensamiento y acción transformadora son los dos elementos para organizar la resistencia. Como decía Machado:                

CAMINANTE NO HAY CAMINO
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.