Cartas al director

Un trabalenguas sexo y drogas, y el moro amigo

“Cuanto peor, mejor para todo. Y cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo. Beneficio político” (Mariano Rajoy, moción de censura en el Congreso).
n  n  n No se desestabilice lector si no ha descifrado este trabalenguas. Es consustancial al Código Mariano. Debería estar usted ya acostumbrado. Mariano tiene cuerda para mucho tiempo, y batirá nuevos récords en el uso y abuso del trabalenguas. De todo lo dicho en el hemiciclo patrio me he quedado, yo tan profano en política, con este párrafo sutil, y, sobre todo, corto y didáctico. En mi favor, debo confesar que mis seniles posaderas no daban más de sí para escuchar tan largas peroratas.  Llegué a sufrir dilatación anal, cantaora de melodía aerofágica.
Curado de espantos de esta tierra, a veces madre, y siempre madrastra, como la canción, apagué el televisor, y me refugié, lejos del ruido mediático de aquella sesión parlamentaria, en las páginas de internet. La búsqueda de distintas nuevas, de lugares lejanos o no tan lejanos. 
La primera nueva que me encuentro, nada tiene de novedosa.  Versión mallorquina de políticos adictos a los volquetes de putas. Un ex presidente del PP en Palma y su regidor de seguridad ciudadana, inmersos en causa judicial, se montaban auténticas bacanales con sexo y droga. Me podría sobrecoger el relato de actos deleznables en boca de la testigo. Pero no, si estoy abocado a la resignación, cuando por miedo a un futuro cambiante, hemos tolerado y toleramos inertes, el trasiego de cestos de manzanas podridas, desde Tarifa a Roncesvalles. 
Tampoco me ha sorprendido en que el moro amigo saudí haya condenado a la decapitación a catorce jóvenes, por haberse manifestado en contra del régimen dictatorial y confesional que asola a aquel país. ¿Por qué ha de sobrecogerme la información, siendo como somos sus aliados y le proveemos de armamento para masacrar a propios y extraños? Masacre que es correspondida con contraataques terroristas en países de occidente, que nutren a aquel régimen feudal-medieval. Nos desgarramos las vestiduras con  uñas de  hipocresía, y repetimos como papagayos que peores cosas acaecen en la Venezuela de Maduro.
Acabo esta maldita carta con una nueva, que, quizás, alimente el sueño de que estemos en los prolegómenos  de regeneración Mariano-Rivera. En un curso para promoción a suboficiales de la Guardia Civil se dan clases de toreo. Medida que servirá para que nuestros agentes del orden reciban a porta gayola a cornúpetos corruptos, que tanto pastan en nuestra dehesa hispana. Ya en su día, Fernando VII cerró universidades y abrió escuelas de tauromaquia.
Si la lectura de esto no ha sido de su agrado, anímese y  palmee música de Manolo Escobar.