LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

Los proveedores de hostelería registran pérdidas del 90% sin locales abiertos

Un trabajador descargando la mercancía.
photo_camera Un trabajador descargando la mercancía.
Empresas de la ciudad ya cuentan con parte de su personal en ERTE a la espera de la reapertura del sector

  Tras más de una semana sin bares y restaurantes abiertos, excepto para repartos a domicilio o pedidos para llevar, las restricciones en la actividad hostelera suponen un nuevo lastre para toda la cadena que suministra a estos establecimientos. Como ya ocurrió durante la primavera, los distribuidores de bebidas, mayoristas de pescados y carnes o vendedores de café registran pérdidas de hasta el 90% en su facturación con el cierre del sector hostelero.
“Estamos en mínimos de facturación, con casi todo cerrado en Vigo y en la provincia. Trabajamos casi un 95% menos y lo que aguanta es en pequeña alimentación, gasolineras y kioscos”, afirma Maximino Fernández, gerente de la empresa Disbegal, especializada en la venta al por mayor de refrescos y bebidas alcohólicas como vinos y cervezas.  “Nos conformamos con que ellos puedan volver y retomar la actividad”, explica Maximino, quien ya ha tenido que echar mano de los ERTE en esta segunda ola para más de una treintena de empleados.
Y es que las suspensiones temporales del empleo parecen ser la principal vía para que los proveedores de hostelería amortigüen el impacto de las restricciones que bares y restaurantes soportan desde hace más de una semana. En en el caso de la viguesa Becogalia la mitad de sus trabajadores ya se encuentran en ERTE ante una descenso pronunciado de la actividad. “Nos afecta en torno al 80-90% de la facturación y se mantiene por los centros de mayores con el suministro de congelados. El servicio que tenemos en marcha no da para cubrir gastos”, indica José Luis Quiroga, gerente de la empresa. Expertos en venta de productos de alimentación como carnes y congelados, son los vinos los que registran las mayores pérdidas de facturación en esta segunda ola. En Becogalia califican este año como “nefasto”, con un descenso medio del 60% en el volumen de facturación y sin demasiadas expectativas sobre las posibilidades de la campaña navideña.
Pese a que todavía hay bares y cafeterías que ofrecen el servicio de café para llevar, su presencia no es sinónimo de . “Tenemos cuatro servicios pero eso no es suficiente. La empresa sigue teniendo gastos y es imposible trabajar, ya no se hacen aquellas rutas de reparto porque la mayoría de nuestros clientes están cerrados”, señala Manuel Osorio, gerente de la distribuidora de café SiCream. En esta empresa lamentan no poder contar con líneas de ayuda a las que acogerse, con buena parte de su plantilla parada a la espera de las reaperturas.
Algo similar ocurre en cuanto a los restaurantes, algunos abiertos gracias a los repartos a domicilio o los pedidos para recoger, soluciones que no evitan que una significativa mayoría de establecimientos se mantengan con la verja echada. “En estos momentos hay un desplome que ronda el 60% sin el canal Horeca abierto”, indica Juan López, propietario de Pescados y Mariscos López Novoa. Esta empresa especializada en la venta al por mayor de productos del mar ya sufrió durante el confinamiento el golpe por el cierre de la restauración, derivando una parte de su actividad comercial a la venta a particulares, una modalidad que actualmente mantienen para poder salir del paso.

Desplomes en volumen de trabajo y facturación sin restaurantes y bares abiertos

Maximino Fernández, gerente de Disbegal.

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“Estamos en mínimos de facturación y se mantiene el trabajo en pequeña alimentación”

Juan López, de Pescados López Novoa.

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“Los cierres de bares y restaurantes nos dejan con un 60% menos de actividad en la empresa”

José Luis Quiroga, gerente de Becogalia.

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“El mínimo trabajo que hay no cubre ni siquiera los gastos que tenemos actualmente”

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