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Miles de conductores, atrapados por un accidente en la peligrosa autovía

Retenciones kilométricas en la A-55 por el accidente de un camión Foto Vicente 2
photo_camera El camión, en el medio de la autovía, ocupando dos carriles de un lado hacia Vigo y otro más en sentido Tui.

Más de cinco horas con el acceso a Vigo bloqueado, que obligó a levantar el peaje de la AP-9 desde Porriño

 La autovía A-55 demostró una vez más su peligrosidad y la urgencia de una alternativa y ayer se convirtió en una trampa que atrapó a durante más de cinco horas, desde las 8,40 hasta las 14, a miles de conductores que no pudieron acceder a Vigo. La carretera estuvo cortada debido a un accidente en el que se vio involucrado un camión que transportaba chatarra y que vertió parte de su carga sobre la vía. Los dos carriles en sentido Vigo permanecieron cerrados y todo el tráfico fue desviado por la autopista AP-9 y la carretera N-120 en Sanguiñeda, y también se cortó uno de los carriles en sentido Tui. En esta ocasión se levantaron las barreras en la autopista y durante varias horas, de forma excepcional, no hubo peaje desde Porriño a Vigo por la AP-9.


El accidente se registró en el kilómetro 12 en sentido Tui, donde un camión que transportaba chatarra quedó suspendido sobre la mediana y vertió parte de su carga sobre los carriles en sentido Vigo. Cinco vehículos que circulaban en dirección contraria resultaron dañados y una mujer que viajaba en uno de ellos sufrió un golpe en la cabeza por el que tuvo que ser atendida por Urgencias Sanitarias.
Participaron en el dispositivo de emergencia efectivos del servicio de prevención, extinción de incendios y salvamento del Baixo Miño, Guardia Civil de Tráfico y el servicio de emergencias de Mos. 
La autovía se construyó por desdoblamiento de la N-120 en 1992 para unos 15.000 vehículos al día y en la actualidad puede alcanzar hasta 60.000. Mientras, el tramo de la AP-9 desde Puxeiros hasta Porriño apenas suma 7.000 vehículos de intensidad media diaria. 


En 2003, los 14 kilómetros de la autovía fueron incluidos entre los cinco con mayor siniestralidad de Europa con cinto puntos negros. El kilómetro 10, se colocó dos años consecutivos en primera o segunda posición en la red viaria estatal por alta siniestralidad. La instalación de radares y controles y la reducción de la velocidad a 60 ha logrado que no haya víctimas mortales. Fomento mantiene desde hace un año obras intermitentes de una pequeña reforma que finalizaría en septiembre.

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