Presentarán este jueves su programa en un acto público convocado en el Centro Loyola
Los grupos de familiares que conviven con personas alcohólicas “Al-Anon” convocaron un acto abierto al público este jueves en el Centro Loyola del colegio Jesuitas (19:00 horas) para dar a conocer su programa de recuperación.
En Galicia funcionan actualmente cinco grupos y dos de ellos están en Vigo, uno nacido hace 20 años en la parroquia de El Carmen y otro más reciente que se reúne en un local de Cáritas en Teis. En España Al-Anon cumple 54 años.
El alcoholismo afecta gravemente no solo al enfermo sino también a la familia que convive con ellos, pero es un problema que habitualmente se sufre de puertas para adentro y del que es difícil salir sin ayuda. Al-Anon se preocupa de las familias, a las que proporciona herramientas para que recuperen su equilibrio y para estar en mejor disposición de tratar con el alcohólico. Siguen un programa de doce pasos similar al que utiliza la organización Alcohólicos Anóninos y que se aplica también en otros países. En Vigo se puede contactar con estos grupos en el 638 544 536.
Luisa, Carmen, Isabel y María son cuatro mujeres de Al-Anon que tienen actualmente a su familiar “no activo”, esto es, que no consume alcohol. “Se produce un daño emocional que afecta a los que conviven con el alcohólico, la mujer, los hijos o los padres si es el caso. Genera inseguridad, miedo, angustia, resentimiento, acabas cayendo en la desesperación, cansada de promesas incumplidas, situaciones que nunca terminan y el daño a los hijos”, explican. Las personas que llegan al grupo, que respeta el anonimato, buscan en primer lugar comprensión porque es un problema que “no lo cuentas fuera pro vergüenza, para no dañar la imagen del familiar o porque a veces se lo dicen a los más allegados después de años de tragar para dentro y no te comprenden”. Cuenta una de las integrantes del grupo que “para mí fue una liberación, llevaba toda la vida con una carga que oculté a mi familia y también a mis hijos. Aquí había otras personas de distintas clases sociales pasando lo mismo que yo”.
El programa consigue que las familias restablezcan su equilibrio emocional para después ayudar al alcohólico. “Es un programa de ayuda mutua, no damos consejos porque cada caso es distinto. Lo importante es entender como es la enfermedad del alcoholismo, sus síntomas y cómo va avanzando, y aprender a separar el enfermo de la enfermedad. No todo es culpa del alcohol, hay que saber distinguir”. Aprender a tratarlo de otra forma y a veces a “dejarlos caer” y no dejarse manipular porque una protección excesiva no les ayuda.
“El alcohólico no es solo el que está tirado en Porta do Sol, hay más”
Miembros de Al-Anon explican que existe la idea equivocada de que el alcohólico es la persona que está tirada en la Porta do Sol, cuando la realidad es que "en la mayoría de los casos son personas que están integradas en la sociedad, tienen un trabajo y una vida de puertas afuera totalmente normal”.
Aseguran que el alcoholismo está muy extendido y que en Vigo daría para llenar el Estadio de Balaídos, extrapolando las cifras que estima la OMS para el conjunto de la población.
Luisa, Carmen, Isabel y María han sufrido las consecuencias de tener un familiar con esta enfermedad, aseguran que tocaron fondo antes que ellos, pero en el grupo lograron recuperar su estado emocional, conocer mucho mejor el alcoholismo y armarse con nuevas “herramientas” para salir del problema. Saben por ejemplo que los gritos y los insultos no valen de nada, más bien al contrario, que a una persona con esta dolencia no se le convence con palabras sino con hechos, que hay que tener comprensión pero a la vez ser coherente (“a veces tienes que dejarlo caer y pasar por situaciones muy dramáticas porque si tú las estás conteniendo no pasan nunca y a lo mejor es lo que necesita para pedir ayuda”) y que las reacídas son porque olvidan su enfermedad. Cuenta una de ellas que primero entró ella en Al-Anon y después su marido entró en Alcohólicos Anónimos.
