Las autoridades de Israel anunciaron que la zona oeste de la capital de Gaza ha quedado “despejada” tras las operaciones realizadas por el Ejército. El ministro de Defensa del país, Yoav Gallant, informó de que Israel pasa ahora a la “siguiente fase” de su operación terrestre a pesar de que más de 11.500 personas han muerto, entre ellos 4.710 niños, por los bombardeos de las fuerzas israelíes en Gaza.
Gallant afirmó que el Ejército hizo “hallazgos significativos” en el hospital gazatí de Al Shifa a medida que avanzaba hacia un nuevo capítulo de su incursión en la zona, si bien no ofreció detalles sobre el material encontrado por los soldados en el interior del centro médico, el mayor complejo sanitario de la Franja. “La operación continúa y se está llevando a cabo de forma precisa, selectiva, muy determinada”, dijo tras una visita a las tropas de la 36ª división de infantería. Y reiteró que el Ejército ha tomado el control de “toda la parte occidental de Gaza”, que se encuentra ahora “despejada” y libre de la “presencia de operativos de Hamás”.
Mientras, medios internacionales informaban de que el hospital indonesio del norte de Gaza fue cerrado con unos 45 pacientes que necesitan ser operados urgentemente. “El hospital indonesio ha dejado de prestar servicio y de funcionar”, dijo un responsable del centro. En el hospital Al Shifa, militares israelís confirmaron que sus comandos “peinanban” el complejo.
Alerta de genocidio
Por otra parte, los jefes de varias agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias advirtieron que no participarán en el establecimiento de ninguna “zona segura” en Gaza que sea declarada por una sola de las partes del conflicto. Además, volvieron a pedir a la comunidad internacional que actúe para evitar “un genocidio” contra la población palestina, subrayando que las “graves violaciones” cometidas por el Ejército israelí desde el 7 de octubre, “particularmente en Gaza”, apuntan a “un genocidio en proceso”.
“Estamos profundamente afectados por el fracaso de los gobiernos a la hora de escuchar nuestro llamamiento y lograr un alto el fuego inmediato. Estamos también profundamente preocupados por el apoyo de ciertos gobiernos a la estrategia de guerra de Israel contra la población cercada en Gaza y por el fracaso del sistema internacional a la hora de movilizarse para prevenir el genocidio”, alertaron en una declaración conjunta firmada por casi una docena de jefes de organismos de la ONU, entre ellos, la relatora especial para la situación de los Derechos Humanos en los territorios palestinos, Francesca Albanese. Y advirtieron: “Recordamos a los Estados miembro que lo que está en juego no es sólo el destino de israelíes y palestinos, sino el estallido de un grave conflicto en la región”.
"Contengan su rabia"
El responsable de Asuntos Exteriores de la UE, el español Josep Borrell, instó por su parte a Israel a no dejarse “consumir por la rabia” en su respuesta a Hamás. Desde el kibutz Be’eri -donde fueron asesinadas al menos 85 personas el 7 de octubre y de donde fueron secuestradas unas 30-, Borrell afirmó que “Israel debe ser defendido”, pero que “un horror no justifica otro”.
“Comprendo sus miedos y su dolor. Comprendo su rabia. Pero permítanme pedirles que no se dejen consumir por la rabia”, expresó el diplomático, antes de reclamar la “liberación inmediata e incondicional” de las personas tomadas como rehenes por Hamás ese día.
El responsable de Exteriores de la UE insiste en la necesidad de abrir corredores humanitarios y fijar pausas en la guerra en Gaza, tras indicar que la UE apoya que Israel ejerza el derecho a defenderse, pero también atender a las personas necesitadas en la Franja.
