La butaca crítica

Crítica de 'American Fiction': inteligente burla de los estereotipos

Jeffrey Wrigth interpreta al protagonista de 'American Fiction'.
photo_camera Jeffrey Wrigth interpreta al protagonista de 'American Fiction'.
Acertada e incompleta crítica a la programación cultural que explota el entretenimiento 'negro' bajo los mismos clichés de siempre

No todos los negros son esclavos, trafican con armas, viven en barrios chungos, pertenecen a bandas callejeras, ni hablan como desde muchas producciones de Hollywood nos quieren hacer creer que se expresan. ¿Acaso todos los gallegos son Sito Miñanco y se dedican al narcotráfico? La oscarizada ‘American Fiction’ (Prime Video), mejor guion adaptado, satiriza todo ese ecosistema y entramado cultural que generaliza los estereotipos. 

El bueno de Jeffrey Wrigth interpreta a un profesor de literatura y escritor frustrado. Él es un tipo que escribe como los ángeles, pero ni Dios lo lee. El público en general solo invierte su tiempo en carnaza y entretenimiento blando, fácil de digerir. Hasta que un día, harto, de forma premeditada, escribe una novela como las que desprecia, se convierte en todo un éxito sin precedentes y se beneficia de ello. El prestigio no siempre da de comer.

 

El punto fuerte de ‘American Fiction’ es su premisa y su crítica a una sociedad complaciente. Su puesta en escena es invisible, deja todo el protagonismo al guion. No podía ser de otra manera al tratarse del debut en la dirección de un largo del autor de libretos para series Cord Jefferson. 

Habla del lucro en torno al entretenimiento ‘negro’ en Estados Unidos, pero tranquilamente podría extrapolarse a otras esferas. De la misma forma, en España, habitualmente conquistan la taquilla las comedias absurdas, simplonas y que provocan hasta vergüenza, que siempre tratan los mismos temas y con el mismo enfoque, a pesar de que se puede hacer humor de muchas formas y de cualquier cosa, no solo bajo el estilo patentado por Santiago Segura.

‘American Fiction’ es una comedia diferente y divertida que abre estos debates sin cerrarlos, y otros temas como el de renunciar a los principios a cambio de dinero. Hubiera estado bien que profundizase en el fenómeno del cliché y a qué se debe su éxito, saber por qué se produce y analizar las causas. Aquí simplemente lo critica y se burla, que es algo que se agradece y puede ser suficiente, pero podría ser todavía mejor.

Puntuación: 3,5/5

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